Ana Julia quiso incriminar a Sergio, su expareja, en el asesinato del pequeño Gabriel, algo que él pudo intuir desde el primer momento. La asesina del pequeño Gabriel trató de incriminarle sembrando pistas falsas e intentó de aprovechar el rumor de la furgoneta blanca para señalarlo. Él la conoce muy bien. Estuvieron tres años juntos y sabía que algo se traía entre manos. Al día siguiente, ella dejó la camiseta muy cerca de la casa de Sergio, en una zona poco transitada.