Las Barranquillas era el mayor supermercado de la droga de Europa hasta que fue derruido hace 9 años. Hace cinco, apenas quedaban unos pocos toxicómanos y hoy son solo unos escombros en los que vive Benita y su familia. "No tengo para comer. No estoy por capricho aquí, estoy por la miseria y llevo aquí desde los 8 años", dice Benita, que vive sin agua, sin luz y, a veces, sin comida.