Gabriel Pedrero fue el inversor más joven de las 4.100 personas estafadas con la falsa promesa de una rentabilidad del 8% ofrecida por la empresa de los Ruiz Mateos. Con 23 años invirtió todos sus ahorros, 60.000 euros, y asegura que ha perdido toda la esperanza de recuperar algo. La fiscalía pide 16 años de cárcel para los hijos del empresario, acusados de blanqueo y alzamiento de bienes.