Horas después del hallazgo del cadáver de Asunta Basterra, la Guardia Civil, acompañada de los padres de la menor acuden a la finca de Teo. Nada más llegar, Rosario Porto se dirige al baño de la planta superior. Un investigador la sigue y la descubre con un cesto de mimbre en el que hay unas cuerdas naranjas, un envoltorio, una mascarilla y pañuelos con fluidos.