Los asesinos de Irene, atropellada durante una carrera ilegal en Londres, siguen libres. Su novio, que permanece ingresado, se ha despedido de ella en una carta. "Tu cuerpo ya no está conmigo pero tu alma vivirá por siempre en mí", ha escrito Jonathan a su novia, cuyos restos mortales han tardado dos semanas en llegar a España. Su familia pide justicia.