Una pareja de ancianos está acusada de haber comprado un bebé por más de 100.000 euros, con el que vivían de manera precaria en un garaje. Los vecinos recuerdan especialmente el intenso llanto de ese bebé. La voz de alarma saltó en el centro de salud donde realizaron al bebé una revisión médica y en ningún momento pudieron dar con la madre biológica.