Calles enlodadas por el desprendimiento de varias montañas, coches destrozados, un perro sin suerte, un gato que sí la tiene y una cifra de muertos que se eleva hasta las 14 personas.
El Gobierno ha declarado el estado de emergencia y las autoridades continúan buscando a los desaparecidos.
Mientras tanto, apartando barro y achicando agua, sus gentes buscan en la esperanza lo que la lluvia se llevó.