Valencia, sin sol: el mes de cuarentena ha sido el más nublado de los registros
La segunda quincena de marzo ha tenido menos de la mitad de horas de luz de lo que acostumbra
A su vez, esto se ha traducido en lluvias abundantes y días más fríos de lo normal
Estamos teniendo una cuarentena muy gris, no solo aparentemente, también con los datos en la mano. Concretamente, en una región muy acostumbrada a ver el sol como es la Comunidad Valenciana las nubes se han hecho con el cielo más del doble de tiempo de lo que acostumbran en el mes de marzo. Y esto se ha traducido, como era de esperar, en días menos cálidos y más lluviosos.
La segunda quincena de marzo, el aeropuerto de Valencia tan solo registró 40,6 horas de sol, que son 76,4 menos que el promedio normal (periodo 1981-2010). Es por eso que las temperaturas diurnas, de media, fueron 4,3ºC más bajas de lo que correspondía.
MÁS
Adjuntamos el gráfico con el número de horas de sol registradas en el aeropuerto de València entre el 16 de marzo y el 19 de abril (1966-2020).
— AEMET_C. Valenciana (@AEMET_CValencia) 19 de abril de 2020
Los últimos 35 días ha habido 148 horas de sol en València, que son 113 menos que el promedio normal.
Es el valor más bajo de la serie. https://t.co/HDiO0xIuKd pic.twitter.com/hf25A6M8tY
Además, como decimos, marzo fue un mes muy, muy húmedo en la comunidad autónoma. En su conjunto, llovió cuatro veces más de lo normal, pero si tomamos los datos de Castellón la anomalía se acentúa aun más: ha llovido seis veces más de lo que acostumbra en el mes.
Esto se nota en los embalses que se encuentran por encima de su media de los últimos 10 años de 1063 hm(3), y están a algo más del 58% de su capacidad. Ha llovido tanto en algunas zonas, que en el municipio de Villena, la continuidad de las lluvias en abril ha conseguido hacer renacer la laguna que llevábamos tanto tiempo sin ver, eso sí, a expensas de inundar de lodo un puñado de casas.
En lo que va de 2020, también es remarcable lo que ha llovido en la Comunidad Valenciana. Tanto, que muchas zonas los agricultores se encuentran con un suelo saturado además de las pocas horas de luz, lo cual podría cargarse la cosecha de cereza y de níspero que en algunos casos se adelantaron por las altas temperatura de febrero.