Máximas de casi 40ºC en pleno otoño: por qué hace tanto calor

- Anticiclón bien colocado

Es el ingrediente básico. Si las altas presiones no están colocadas de forma que hagan de barrera en nuestro país, puede ocurrir que las bajas se hagan con el control de los cielos y se produzcan lluvias y tormentas. En este caso, el anticiclón de las Azores se ha situado en el Atlántico, de tal manera que las borrascas no están llegando. Y seguirá así el resto de la semana.

- Aire cálido en superficie

Además de que no hay posibilidad de lluvias ni tormentas que refresquen el ambiente, actualmente contamos con aire cálido en superficie (a 850 hPa). Se trata de "una masa de aire procedente de África que mantendrá los valores de temperatura ‘extraordinariamente’ altos", explica nuestra compañera y meteoróloga, Rosalía Fernández. "Destacan sobre todo en el Cantábrico, donde seguirán disfrutando del sol y además con buenas temperaturas".

*Imagen: masas de aire a 850 hPa (1500 metros) / Aemet

- Un verano que se ha atrasado (y que dura más)

Para quien no se acuerde, durante los meses de junio y julio se produjo un ‘bloqueo anticiclónico’ con temperaturas elevadas y sequía en el norte de Europa. Mientras, en zonas del suroeste de la Europa las precipitaciones fueron más elevadas de lo normal, y los valores no fueron tan cálidos como otros años. Ahora, parece que el anticiclón está situado mejor. Además, hay que tener en cuenta que en general a día de hoy un verano dura 9 días más que en el 2009, consecuencia del cambio climático.

- En resumen: veranillo de San Miguel

En realidad, todo esto se puede resumir en una sola razón: el veranillo de San Miguel. Se trata de un periodo más o menos corto de tiempo a partir del otoño en el que se produce un pequeño episodio de altas temperaturas, y que es el punto y final al verano. Se cumple prácticamente todos los años, y suele ser fiel a su cita. Esta año sin duda lo ha sido.