Hiperhidrosis: los alimentos que debes evitar si no quieres sudar tanto
eltiempohoy.es
02/09/201808:22 h.Se trata de una enfermedad que afecta a entre el 1 y 3% de la población, y se caracteriza porque nuestro sistema de transpiración no funciona del todo bien. Por ejemplo, sudamos más de la cuenta cuando no deberíamos hacerlo. A veces puede afectar a nuestro cuerpo, pero otras veces está en zonas muy concretas, como manos, pies o axilas.
Lo peor para los que lo sufren es que es incontrolable y siempre está al acecho. Y puede atacar en cualquier momento. Sin mucho más recurso que una toalla y desodorante, estas personas tienen que lidiar con situaciones incómodas en lugares en los que a veces no es fácil solucionarlo, como las oficinas, las quedadas con amigos, u otro tipo de eventos.
Frente a esto, existen algunas soluciones que se plantean desde la medicina. La más básica de todas es utilizar antiperspirantes sobre la piel. Son muy parecidos a los desodorantes, pero su función consiste precisamente en disminuir la sudoración, y están hechos en base de aluminio. En segundo lugar, existen medicamentos como los anticolinérgicos, betabloqueantes o benzodiacepinas, que también pueden reducir las crisis de hiperdrosis en un número bastante alto de casos. En tercer lugar, existe la iontoforesis, un tratamiento de corrientes eléctricas que inyectan en la piel una serie de sustancias que actúan contra el exceso de sudoración.
Por último, el reclamo más efectivo (y definitivo) es la intervención quirúrgica, una opción muy útil para las más desesperadas, que elimina para siempre los ganglios de más.
En cualquier caso, a veces puede pasar que nos ocurra en casos puntuales y aislados, y que podamos recurrir a remedios caseros para hacerle frente. Para ello, es importante controlar lo que comemos. De hecho, muchas veces todo depende de eso. Evitar alimentos como los cafés u otras bebidas excitantes puede marcar la diferencia entre sudar mucho o no tanto. Las bebidas demasiado calientes o frías también hay que evitarlas, y los alimentos difíciles de digerir como el azúcar o los embutidos.
Así que ya sabes, si eres de aquellos a los que el ‘camacho’ le persigue todo el verano, no sufras: hay luz al final del túnel (y no es tan difícil llegar a ella).