Enfermo al caer el sol: en qué consiste el 'sundowing' o síndrome del ocaso

La hora de dormir es para muchos pacientes con demencia un verdadero suplicio. A medida que baja el sol, se vuelven más agitados, inquietos, e incluso agresivos. Padecen lo que se conoce como 'sundowing' o síndrome del ocaso y, aunque no hay datos concluyentes sobre cuánta gente lo sufre, lo cierto es que es bastante habitual.

Pero ¿por qué afecta especialmente a pacientes con demencia? El origen hay que buscarlo en dos factores: en primer lugar, en los 'ritmos circadianos', es decir, el famoso 'reloj biológico'.

Los pacientes que sufren esta enfermedad también presentan daños en las zonas del cerebro que controlan estos ritmos. Eso hace que su cerebro no sepa muy bien cuándo toca descansar, o cuando hay que despertar. En segundo, en los niveles de melatonina. Esta hormona es una de las responsables de la regulación de los ritmos de sueño. En enfermos con demencia, la producción de esta es mucho menor, influyendo negativamente en este trastorno y en otros relacionados con ella.

Manosear objetos, discutir y deambular por la noche

Las consecuencias del 'sundowing' pueden presentarse desde el momento en el que empieza a bajar el sol hasta el final de la noche. Al principio, cuando se acerca la hora de dormir, las personas con este síndrome se agitan y empiezan a tirar objetos, a cogerlos o a manosearlos.

En ocasiones también pueden pronunciar monólogos y provocar discusiones, que suelen ser o animadas o incluso subidas de tono. Otros se desorientan y se confunden, lo que les produce ansiedad, miedo, irritabilidad, ira, apatía e incluso depresión.

Finalmente, durante la noche hay que tenerlos vigilados porque algunos desarrollan conductas deambulatorias. Esto deriva en un insomnio por la noche que, por el día, hace que sientan una terrible somnolencia.

En casos ya muy extremos pero posibles algunos pacientes llegan a desarrollar un pensamiento paranoico y alucinaciones.

El tratamiento del 'sundowing'

En los pacientes con el síndrome del ocaso, lo que suelen hacer los médicos es iluminar de forma tenue las habitaciones por la noche, reducir poco a poco el nivel de ruido del lugar, y poner música relajante.

Luego, por la mañana, se requiere luz constante, sobre todo entre las 6 y las 9, para ayudar al paciente en la reorientación, así como mantener a la persona ocupada mediante actividades simples, repetitivas, que no supongan mucho esfuerzo.