Carla Richter tiene 18 años y viene desde Barcelona. La joven, que se enfrentaba por primera vez a un escenario, necesitaba justo antes de su entrada la ayuda de una psicóloga que la calmase: “Estoy muy nerviosa, soy muy sensible, soy insegura. A finales del año pasado me diagnosticaron con depresión y ansiedad social y estuve unos meses sin poder salir de casa, pensé que no sería capaz de venir hasta aquí. Al final lo he logrado, he venido con mis padres, mi hermana, mi mejor amiga y mi abuela María, que es muy importante para mí”.

Tras hablar con la psicóloga y respirar profundo, Carla se armaba de valor y salía a escena tras una ovación y la admiración del jurado: “Has llegado hasta aquí y eso no es nada fácil, cuéntanos quién eres”.

Carla se presentaba ante el jurado y les explicaba que la música es su gran pasión y que, pese a su ansiedad social, se había lanzado a enfrentarse a sus miedos para mostrar su talento: la canción.

Con una gran sensibilidad y para asombro del jurado, Carla mostraba al mundo una técnica vocal impresionante: “Menuda clase, menuda elegancia. ¿Es tu primera vez en un plató de televisión? Pues te aseguro que no va a ser la última”, aplaudía Risto Mejide.  

Paula Echevarría, fascinada por el talento de Carla, reconocía que podría perfectamente convertirse en seguidora de su música: “Nos compraríamos tu disco e iríamos a tus conciertos”.

Llegaba la hora de votar y tanto Paula como Flo y Tamara le daban a Carla su sí; Risto sin embargo en un primer momento le daba un no: “Estás sobre cualificada para estar aquí, así que es un no”. Tras las quejas de sus compañeros, Risto modificaba su voto: “Voy a hacer como mi compañera Tamara, voy a cambiar de opinión, para mí también es un sí”. Carla regresa a Barcelona con cuatro síes.