La fallida intentona de sabotear Gran Hermano

ISMAEL BEIRO 04/08/2008 09:04

Y así fue como nos dejo la benjamina de la casa, Vanessa, entre sirenas de barcos, megáfonos y gritos en una fallida intentona de sabotear Gran Hermano por parte de un 'PERSONAGIO MOLTO PAZZO' (personaje muy loco) , llamado Leo Bassi. Nunca supimos como acabo ese intento de golpe a cualquier precio a ese pequeño estado que se había convertido la CASA, ni siquiera logró comunicarnos algo del exterior a través de alguna primicia o exclusiva. En definitiva, no nos contó nada.

Lástima, nos lamentábamos ávidos de un simple saludo o noticia del exterior, aunque de nada nos hubiera servido perder la inocencia en el encierro, carentes de todo vicio mediático y popular. Estaba claro, era mucho mejor así, seguir desconociendo que sucedía ahí fuera. Para nosotros siempre hubo dos mundos, el nuestro; en el que hacíamos y madurábamos cada día, la convivencia en la casa, la afinidad, el intercambio de experiencias, gustos; y el otro mundo, la realidad, lo que había ahí afuera.

Y ahora que lo pienso, tuvo que ser muy duro para los participantes que fueron llegando después, conocedores de la marea Gran Hermano, ser ellos mismos. ¿Podrían comportarse como uno más después de saber todo lo que sabían del exterior?. A mi parecer, en su justa y mínima medida, fueron los primeros, ni GH2 ni el resto, en conocer el movimiento Gran Hermano y en saber en qué consistía y que valor tenía en la calle entrar en el reality. A su favor diré que quitando alguna que otra mirada a cámara y las constantes preguntas a modo de interrogatorio, como si en una sala de arrestos de una comisaria se encontrasen; fueron gente con un comportamiento normal, dentro y fuera de la casa. En una frase, se comportaron como ellos mismos, sin ningún guion.

REOS VOLUNTARIOS

Y los días iban pasando, y como a todos nos sucede, a 12 días del merecidísimo mes de vacaciones, íbamos contando un día más, otro día que muere ,otro que nace. Pero sucedió lo que nadie esperaba, asumimos nuestra condición voluntaria de reos y la agonía, el final, la ansiedad de salir muy pronto quedó relegada a un segundo plano, convirtiéndonos en una panda de amigos dispuestos a todo para divertirnos y no caer en la rutina. Pasábamos los días entre bailes, risas, volteretas en la piscina, bromas a Iñigo y claro está, la prueba semanal que la dirección del programa nos ponía y que yo siempre haré gala de no rendirme ante nada, y poder afrontar esas pruebas con todo el valor, ya fuese cantar y bailar la canción del verano, representación de las troyanas o enviar más de cuatro mil cartas, una por municipio, a todos los pueblos y ciudades de España. (Que por cierto, fue un fenómeno con una respuesta por parte de los ayuntamientos que nos asombró en las dos últimas semanas del concurso, que en forma de regalo mostraban su agradecimiento con jamones, pins, camisetas, pasteles).

Una de las anécdotas que con más cariño recuerdo es cuando Ivan, Iñigo y yo cerrábamos los sobres de los municipios, pasando la lengua por la solapa, el pegamento hizo que nos colocáramos, y eso nos provocó un ataque de risa que no podíamos parar. La misma Ania se nos quedó mirando como los burros las avionetas y nos preguntó: ¿Qué os pasa? Eso nos provocó más risa aún.

EL INTRUSO Y LA NEGOCIACIÓN

Anecdótico fue también que con la salida de Vanessa un intruso aprovechó para saltarse el cordón de seguridad y reivindicar su mensaje político. Yo intenté echarle, pero tuvimos que seguir el protocolo de emergencia: todos al jardín. Al final lo apresaron y lo sacaron de la casa. Entonces dejaron un plano fijo de la piscina y entró en la casa mi querido Roberto Ontiveros, director del formato, al que cariñosamente apodábamos 'El súper', y Secundino Velasco, productor ejecutivo y socio de Zeppelín TV, buen profesional y excelente persona. Por fin le poníamos cara al SÚPER. Ambos nos explicaron que no debíamos hacer publicidad de tan infortunado incidente y en definitiva que el show debía continuar. Pero a mí se me ocurrió una idea aunque estaban delante los 'mandamases'. Les insinué, que con tanto ajetreo, ni nos habíamos planteado la cena ni teníamos ganas de hacerla. El resultado: una suculenta cena con jamón , queso, ensaladilla, y desde luego, mi condición de NEGOCIADOR, que todos los de la casa no dudaron en otorgarme. Y así fue como se resolvió el incidente, gracias a Dios, anecdótico y con unas palabras de Roberto y Secundino que nos rebotaron en la mente varios días: "Ni una palabra, ni una palabra".

Pasó la noche y la mirada de los concursantes había cambiado, en especial la de Marina, que en sus momentos más íntimos nos confesaba que sabia que sería la siguiente en abandonar la casa. Del pacto ni hablábamos, era inquebrantable; pero según ella, a Ania no la echarían porque tenía fuera dos aliados:Silvia e Israel, y que una gran parte de los fans de 'Gran Hermano' eran seguidores de Ania. Así fue como la 'sargento patoso', que como cariñosamente la llamábamos, fue la cuarta expulsada.

¡Vaya. Otra fémina expulsada. Menos olor a perfume, menos lado femenino".

Y con todos nominados, y a falta de una semana para la siguiente expulsión, Marina comenzó a extrañar a Gustavo, su marido.Pero no como podía extrañarle una mujer enamorada, ya que en un momento dado se sintió atraída por nuestro medico, Nacho; y lo que pensábamos que podría ser fruto del encierro, del cariño de la convivencia, meses más tarde por desgracia fue una realidad. Marina, en su afán de formar parte del elenco de profesionales que nutren los medios audiovisuales, olvidó lo más importante: su matrimonio; y por desgracia un buen día se vio soltera y sin novio.

LO SABÍA

Llegó la gala de expulsión y el nombre de Marina Díez retumbó entre las paredes del salón, y un aplastante y sabio "LO SABÍA" salieron de su boca. Así lo quiso un 34,56 por ciento de la audiencia. Y como solía suceder en cada Gala de Expulsión, brotaron las lagrimas y los "NO SE TE OLVIDE MARINA". Nadie sabe que desde el día anterior circulaban entre nosotros mensajes hacia el exterior, para que fuera quién fuera el expulsado los transmitiera.

Tiempo después a la salida pude enterarme, y además porque fui testigo por mis propios ojos, que en plató siempre hubo dos bandos bastante bien diferenciados: Silvia e Israel, a los que después se sumaría Iñigo, y el resto ( Mª Jose, Jorge, Nacho,Vanesa y Marina).

Marina trabaja en la actualidad como locutora en la costa alicantina. Hoy vive tranquilamente acompañada de su chico y de algún gatito, por los que siempre confesó tener un cariño especial.

Un beso Marina.