Burla la muerte dos veces y a sus secuestradores
El vehículo en que llevan al rehén para en una gasolinera de Tarragona. La Guardia Civil les intercepta y libera a la víctima sin que el coche lanzadera, con otros dos sicarios a bordo, se percate. Iban delante a una velocidad peligrosísima para los agentes que los seguía, hasta la frontera donde se producen las siguientes detenciones en una espectacular operación policial liderada por GRS.
Los secuestradores se dirigían a Francia para matar al rehén. El capitán de la UCO que ha dirigido las investigaciones, Alvaro Montero, nos explica que las negociaciones estaban rotas y los delincuentes planificaron deshacerse de su "presa" en su zona de confort, en Po, donde tenían su cuartel general. Así se lo habían trasmitido al hermano de la víctima que eligieron de interlocutor.
Previamente a la sentencia de muerte le habían exigido 500.000 euros tras el secuestro de su hermano en Rentería dos días antes. Ocurrió a plena luz del día, a punta de pistola y con otra arma taser camuflada en un teléfono. Un ejemplar que los investigadores nunca habían visto. Le dieron descargas, le golpearon en la cara e incluso le rompieron los dientes. Lo metieron en un vehículo con destino Alicante donde le tuvieron escondido dos días, el tiempo que dieron a la familia para reunir el medio millón.
La sorpresa de la víctima fue mayúscula cuando reconoció a los secuestradores. Dos franceses que acababan de salir de la cárcel donde entraron cinco años antes cuando le secuestraron por primera vez. Entonces sus captores llamaron a su hermano de Rentería para exigirle el dinero y no le pidieron el medio millón que exigían ahora. Los delincuentes tuvieron el atrevimiento de decirle que después de cinco años la deuda había aumentado y que además le cobraban intereses.
Esta vez no llamaron al mismo hermano que cinco años atrás alertó a la Ertzaintza en vez de reunir el dinero del rescate. Aquella operación para salvarle se produjo en Francia y los delincuentes acabaron entre rejas. Por eso le dijeron a su rehén que querían otro contacto y les dio el de otro hermano que vivía en Málaga, pero este también avisó a la Guardia Civil. Lo más curioso es que este joven vasco ha sobrevivido a dos secuestros, por una deuda de droga que había adquirido otro familiar desaparecido.