Derecho de admisión
EVA LUNA
01/07/200820:34 h.Una cámara oculta nos permite grabar esas situaciones. Acompañamos a cuatro senegaleses cuando intentan acceder a tres locales distintos en una misma noche. Y en los tres, les prohiben la entrada. En nuestra cámara quedan registradas las excusas que reciben estos jóvenes, la más socorrida: "sólo para agencias".
Según el portero de la discoteca el acceso está restringido a grupos que vienen con una agencia de viajes. Pero lo cierto es que los jóvenes africanos comprueban cómo, tras alejarse ellos, permiten la entrada a todo el mundo sin que les sea solicitado su nombre, su tarjeta del hotel o algún documento que les identifique como grupo. Entran españoles y turistas europeos. Mientras, los africanos, se quedan en la puerta.
Los senegaleses confirman que lo que vemos esta noche no es una excepción, les ocurre a menudo en muchos locales de Calella, una localidad de la costa catalana destinada al turismo y al ocio nocturno. A Calella llegan hordas de turistas europeos que no tienen ningún problema para acceder a las discotecas. Los españoles, tampoco.
Otro frecuente recurso de los porteros de los locales para impedirles la entrada es la manida "tarjeta vip". Aseguran a los subsaharianos que sin ella no pueden entrar. Es el socorrido "derecho de admisión", los empresarios deciden quien entra o no en sus locales y esa orden se transmite a los porteros de turno. Y éstos son los encargados de frenar la entrada a los inmigrantes, unos, por cierto, con más delicadeza que otros tal y como han comprobado los reporteros de Telecinco.
Como respuesta a esta situación el joven senegalés Moussa Mballo ha alquilado la discoteca Hipnotik Club para celebrar, una noche al mes, una fiesta africana. Asegura que así sus compatriotas tienen un lugar en el que divertirse. Hasta el Hipnotik llegan africanos de toda la costa del Maresme, algunos incluso se desplazan desde Barcelona o Gerona. Son jóvenes de Senegal, Gambia, Mali y Guinea Bissau que no quieren perderse la fiesta. Nosotros, tampoco nos la hemos perdido.