España exporta su modelo de protección de víctimas de atentados y catástrofes
Evitar la desesperación de “no saber” que ha vivido la familia de Ignacio Echeverría. El ministro del Interior pide a los socios europeos unificar protocolos de identificación. “Tenemos que ser sensibles” asegura, porque las familias no pueden pasar una segunda victimización. Y para ello propone eliminar las trabas administrativas, burocráticas e incluso judiciales. Quiere crear una Carta de Derechos de víctimas del terrorismo. El objetivo principal es que los familiares comiencen el duelo cuento antes porque tenerlos en vilo solo añade angustia y desesperación. Pero en el Reino Unido tienen otro sentir que no incluye tanta sensibilidad por las víctimas colaterales, los familiares. Allí, nos dicen los expertos, no comunican nada hasta que no acaban todo el proceso de identificación completo. Aquí en España se habla a la familia con los primeros resultados concluyentes, como una huella, o incluso se la busca para la identificación visual o fotográfica. España presenta a Europa su metodología mejorada tras la terrible experiencia del 11 M. En 24 horas de trabajo, más de 150 familias finalizaron una búsqueda desesperada. Los 43 restantes tuvieron que esperar más a que acabaran las de ADN porque no eran posibles identificaciones visuales o por huellas. Pasó en el accidente de Spanair y volvió a ocurrir en el metro de Valencia, o en el accidente tren de Agrois. Un trabajo forense siempre pendiente de las familias que esperan detrás de la puerta.