¿Cómo hubiera sido el 11-S con Facebook y Twitter?
FERNANDO MORALES
09/09/201100:00 h.Este domingo se cumple el décimo aniversario del infausto 11 de septiembre de 2011. Ese día 3.017 personas perdieron la vida (incluidos los 19 terroristas) en los ataques producidos por miembros de Al Qaeda que secuestraron cuatro aviones comerciales para estrellarlos contra las Torres Gemelas de Nueva York, el Pentágono en Washington; además del avión que no consiguió llegar a su destino y que se estrelló en un bosque de Pensilvania. Dos horas antes de que el presidente de EE UU hiciera oficial la muerte de Bin Laden, Athar, había emitido ya la pista al mundo a través de su cuenta en Twitter. Se convirtió, sin saberlo, en lo que Ramón Salaverría llama "la propia interpretación de los ciudadanos", gracias a los smartphones que permiten la interactuación con el entorno al instante. "Muy rápidamente se producirían análisis y reflexiones sobre lo ocurrido por parte de los propios ciudadanos, que tras recibir ese impacto, y la información empiezan a hacer sus propias interpretaciones".
En el intervalo de 30 minutos
cayeron la Torre Norte y la Torre Sur del World Trade Center de Nueva York Enrique Dans El mundo se paró. Ciudadanos de los cinco continentes se concentraron ante las televisiones. Muchas cadenas emitieron en directo el choque del segundo avión y la caída de ambas torres. La reacción de los 'mass media' fue rápida, tal y como explica el profesor del IE Business School y experto en Sociedad de la Información,: "El 11S fue un caso de comunicación a gran velocidad: un atentado de semejante espectacularidad en uno de los puntos más conectados del planeta y a una hora cuidadosamente escogida, recibió una difusión rapidísima en televisiones de medio mundo"
Precisamente ese control del mensaje por parte de los medios es lo que para el profesor de Periodismo de la Universidad de Navarra, más diferencias marca entre el 11-S y lo que pudiera pasar hoy. Al verlo desde fuera "tal y como nos lo estaban contando los medios de comunicación y particularmente las televisiones, no pudimos canalizarlo de otra manera". Ahora sería distinto, la cantidad de "ondas que eso produciría en las redes sociales" sería enorme tanto en información como en "ecos del impacto emocional". Ramón Salaverría
Para profesor en la misma universidad navarra y uno de los mayores expertos en redes sociales de España, "las primeras noticias aparecerían en Twitter y en las radios, luego las televisiones y los medios online realizarían coberturas permanentes en tiempo real, surgirían inmediatamente agregadores de información sobre el atentado, páginas y cuentas dedicadas y plataformas para facilitar la coordinación de los servicios de ayuda, rescate y apoyo a las víctimas". Ese día, los portales de Internet no estaban preparados para las visitas que demandaban información al instante. Todos sufrieron y se cayeron durante largos periodos de tiempo, algo, que, según Dans "hoy no pasaría". En la actualidad, las redes sociales "lo abarcan todo" y "siempre que ocurre algo, en cualquier parte del mundo, hay un par de ojos conectados". José Luis Orihuela
Más allá va . El experto y pionero en negocios on line en España cree que "habríamos asistido al tema más comentado de la historia, en un solo día miles de millones de comentarios habrían generado la mayor conversación de la historia y eso hubiera sido decisivo en los sucesos que ocurrieron después, creando por primera vez una conciencia global sobre un problema y sus soluciones, y todo esto en un tiempo récord, de manera instantánea y colaborativa". Carlos Barrabés
Control de la información
Otro aspecto que destacan los expertos es el de los filtros para evitar las imágenes escabrosas, que en la actualidad no se podrían producir. "En aquel momento, o entre que se acordonó la zona y los ciudadanos no tenían smartphones...esa capacidad tecnológica de poner a disposición de terceros las imágenes era mucho más limitada" apunta Salaverría. Hoy en día, Orihuela tiene claro que las fotos y los vídeos "tomados por los testigos (y por las víctimas) se habrían difundido viralmente por las redes de manera inmediata y sin ninguna posibilidad de control".
Algo que el 11-S, según Dans, no fue posible "debido a una decisión coordinada". Con sitios como Twitter, hoy el impacto que tendría para la sociedad sería "de un enorme dramatismo, la difusión de mensajes enviados por personas atrapadas dentro de las propias torres. Imaginarse mensajes de ese tipo y su difusión inmediata a través de redes sociales resulta directamente sobrecogedor", recalca Dans.
Carlos Barrabés va más allá en su planteamiento y cree que las autoridades buscarían cualquier excusa para "apagar internet". Aunque cree "que no sería posible porque el nuevo orden está capitaneado por las personas". Y, apunta que "asistiríamos a la retransmisión más vista de la historia, no solo en el lugar de los hechos, sino en cualquier parte". Enrique Dans les pone nombre: una especie de "enviados especiales" en el lugar de los hechos, por lo que "los filtros se convierten en una tarea mucho más complicada".
El ejemplo de la muerte de Bin Laden
El pasado 2 de mayo, EEUU acabó con la vida de su enemigo número uno, Osama Bin Laden. El autor intelectual de los atentados del 11-S murió en su escondite de la ciudad paquistaní de Abbottabad, a 160 kilómetros de la capital, Islamabad. Sin saberlo su vecino, un informático paquistaní, lo fue transmitiendo a través de su cuenta en Twitter, (@ReallyVirtual), asustado por el ruido que producían en el exterior los Black Haw americanos. Sin dudarlo, lanzó un tuit:
Pasado el susto inicial, el mismo Athar le quitó importancia a su testimonio, seguido por todo el mundo: "Soy el que blogueó la muerte de Bin Laden sin darse cuenta, nada más".
Verdadera influencia del 'social Media'
José Luis Orihuela apunta que cualquier suceso relevante que se da hoy en el mundo "se ve amplificado por las redes sociales". Aunque Salaverría es escéptico con la fuerza real del 'social media', ya que considera que "se le atribuye una relevancia mayor de la que tiene". Salaverría considera que está por demostrarse todavía que las redes sociales "puedan cambiar gobiernos, maneras de pensar de la opinión pública". Y aunque es cierto que el monopolio de la información "ya no está en manos de los medios de comunicación tradicionales que eso signifique que cualquier usuario pueda modificar la opinión pública dista mucho de haberse producido". Y pone como ejemplo el 15-M, muy presente en las redes sociales, pero con poca influencia en la "llamada a la abstención" en las pasadas elecciones municipales.