Gabriela Wiener vuelve a la "autoreferencia" en 'Llamada perdida': "Me interesan el sexo y la muerte"

Al igual que en anteriores trabajos, el centro de la obra es de nuevo la propia Wiener, quien asegura que la primera persona en sus libros es "irrenunciable". "No creo que mi escritura sea autobiográfica en sentido estricto, es más bien autoreferencial: mientras otros comunican a través de la ficción, yo comunico contando mis cositas", ha señalado en una entrevista con Europa Press.

En este caso, a pesar de "no dejar de lado al sexo", la muerte ocupa más espacio, con citas de Susan Sontag y, en especial, en un capítulo en el que acude a un taller para prepararse ante el día final de su vida. "Sobre todo ahora que tengo a una hija me muero de miedo, por ejemplo, en los aviones, cosa que antes no me ocurría", ha apuntado.

Por las páginas de 'Llamada perdida' desfilan distintas personas cercanas a la periodista, como su pareja o su hija, pero también dedica espacio para otros personajes famosos como Isabel Allende o Corín Tellado, a las que conoció y así lo refleja en el libro y a quienes reivindica por encima de su etiqueta 'best seller'.

"Son absurdas etiquetas como 'chick-lit'. ¿Hay una 'dick-lit'? En fin, son categorías de mercado y tampoco hay que tomárselas tan en serio, pero eso no significa que olvidemos que a las mujeres sigue costándonos más todo", ha apuntado.

En especial, ha incidido en el escaso reconocimiento por parte de algunos hombres que "por lo general, son los que escriben las listas de los mejores del año y los que construyen el canon, aunque escribas libros a la altura del 'boom' como Isabel Allende o seas un fenómeno social, como fue Corin Tellado".

EL CÓMIC, UN "PROYECTO EN MARCHA"

La nostalgia de Perú, país de origen de Wiener, también queda reflejada en numerosos pasajes, si bien la autora explica que, por ahora su vida "está en Madrid".

"He descubierto una energía muy importante en esta ciudad, sobre todo la de la gente de la calle, o la de un barrio como Carabanchel que está lleno de colectivos autogestionados. Me interesa todo eso de una manera personal pero también porque son cosas que quiero enseñarle a mi hija", ha apuntado.

El libro termina con un pequeño capítulo a modo de cómic, con dibujos de Natacha Bustos. En él se cuenta el regreso de su amiga Micaela al Perú y que "como siempre, todo ha terminado teniendo que ver más" con la propia vida de Wiener. La revista francesa XXI acaba de publicar la segunda parte de esta historia que la autora ve como "un proyecto en marcha".