Javier Cercas retrata al "Maradona de los impostores" en El impostor

Marco es un español que llegó a ser secretario general del sindicato CNT y presidió durante varios años la asociación Amical de Mauthasen, agrupadora de varios supervivientes españoles al Holocausto (se calcula que hubo 9.000 deportados).

En el año 2005, días antes de que se convirtiera en el primer español en hablar en el gran homenaje que se preparaba en Auschwitz por el 60 aniversario de la liberación, un historiador "humilde, Benito Bermejo, fue capaz de aguarle la fiesta a todos" con el descubrimiento de la impostura de Marco.

En realidad, lo que hizo Bermejo fue demostrar que Marco no llegó a Alemania como deportado, sino que se acogió a un acuerdo entre Franco y Hitler para viajar al país teutón como trabajador voluntario. El propio Marco confesaría después que no estuvo en el campo nazi de Flossenbürg (Baviera).

Según ha explicado el propio Cercas en rueda de prensa, su trabajo ha ido en la línea de "pelar la piel de cebolla" para ofrecer una visión completa de Marco, aunque desconoce si finalmente lo ha conseguido. Después de numerosos encuentros con la figura principal de su libro, lo que sí entendió es que "la Historia de Marco es la historia de España".

"El libro habla de que todos mentimos, todos somos impostores, solo que centrado en la figura de Marco. Es como si cogiéramos una monstruosa lente de aumento y la colocásemos sobre la naturaleza humana", ha señalado el escritor, quien considera a su retratado como "una persona radicalmente normal y también radicalmente excepcional".

LA "VULGARIDAD" DEL 'PEQUEÑO NICOLÁS'

En este sentido, compara a Marco con un 'Quijote' que a los 50 años "también dijo basta, se acabó, y que ya era hora de vivir la gran juerga". "La realidad es pobre y miserable, nosotros somos cobardones y, al final todos se convierten en novelistas de uno mismo. Necesitamos la ficción", ha indicado.

No obstante, aclara que su actuación "nada tiene que ver" con otros casos de suplantación conocidos, como el del 'pequeño Nicolás'. "Eso era una vulgaridad, Marco no actuó por dinero, lo hizo para que le quisieran, para que le hicieran un héroe", ha apuntado.

LEY DE MEMORIA HISTÓRICA

No obstante, el autor no señala a la "asombrosa capacidad histriónica" de Marco como la única responsable de esta fábula, sino que también apunta a la Ley de Memoria Histórica que promulgó el anterior Gobierno socialista. "Es un término desafortunadísimo y habría que abolirlo del vocabulario de cualquier idioma civilizado", ha señalado.

"El movimiento que surgió a principios de este siglo en España era absolutamente justo y en el momento idóneo: se trataba de resarcir por completo a las víctimas del franquismo. Pero en España se creó la industria de la memoria y se convirtió todo en un negocio", ha lamentado.

"No necesitábamos una Ley, sino que el Estado resarciera con el dinero de todos a las víctimas y no quedaran cadáveres en las cunetas". De esta manera, considera que Marco fue un ejemplo más de ese proceso fallido, que llevó a la creación de un pasado "embellecido e idealizado" y que Marco representó "a la perfección".

HÉROES Y VÍCTIMAS

En cualquier caso, Cercas ha aclarado que su personaje nunca llegó a ser un héroe porque "siempre dijo sí a todo como la mayoría de la gente", mientras que "los verdaderos héroes, los que dicen que no, los vamos ocultando para que no nos delaten a los demás".

En esta misma línea, destaca que su trabajo también pretende otro objetivo: el de "terminar con el chantaje" del testigo, a quien "se les ha sacralizado". "A los testigos hay que escucharlos, pero muchas veces están en el conflicto y no se enteran de nada. Es un error convertir a las víctimas en héroes, con ser víctimas ya tienen suficiente", ha concluido.