Madrid se blinda en el Orgullo para evitar ataques, atentados con explosivos y atropellos múltiples
La Policía Nacional revisa alcantarillas en el embrión del barrio de Chueca. La unidad de subsuelo lleva una semana trabajando intensamente en busca de explosivos. También los agentes de cuatro patas olisquean papeleras y maceteros. Además estarán en la fiesta camuflados entre la multitud. Los policías de paisano, expertos en análisis de conducta y terrorismo, analizarán cada movimiento extraño o que desentone entre el bullicio. Si alguien lleva exceso de ropa, será cacheado inmediatamente. Preocupa un atentado yihadista pero también ataques neonazis. El despliegue en la calle tendrá el apoyo de otros ojos visionando las cámaras que hay por todo Madrid, y habrá más ojos en las azoteas. Desde lo alto observarán y velarán para que las plazas no se saturen de gente comprometiendo la seguridad. Habrá agentes contando uno por uno a los asistentes. Cada fiesta del Orgullo tendrá controles de identidad y requisa de objetos punzantes, o arrojadizos. Por supuesto de armas de todo tipo. Preocupa el acceso a cada concierto, al aire libre y en salas de fiesta. Lo complicado de la fiesta es que es imposible de hacer un perímetro de seguridad estático. El Orgullo Mundial es una fiesta en movimiento en la que esperan a 3 millones de personas. Esta tarde arranca el despligue sin precedentes con el pregón. Pero sin duda el gran reto policial será el sábado. El día grande será la manifestación y el posterior desfile. Desde Atocha a Colón, pasando por Cibeles, por primera vez, el recorrido estará acotado con vallas y agentes de policía. Todos los asistentes al desfile que entren en la zona vallada estarán identificados, investigados y acreditados con pulseras de colores. Los conductores de las carrozas deberán ir blindados en sus cabinas; tienen órdenes de no abrir. Por si acaso la organización formará columnas de seguridad junto a las carrozas. Se trata de evitar que cualquier persona salte el cordón y secuestre uno de los vehículos de gran tonelaje y pueda atropellar a la multitud. El vallado diferenciará vías de evacuación, por si ocurre cualquier incidente que obligue a desalojar la zona con rapidez o para la entrada de ambulancias y refuerzos policiales.