Declara por primera vez el guardia civil que asesinó a un conductor marroquí con más de 14 tiros
Angel Luis Viana se ha mantenido así de inexpresivo mientras se constituía el jurado popular que tendrá que escuchar su relato. Eso será mañana y hay expectación por oírle. No ha declarado nunca ante el juez de instrucción y tampoco se explicó ante sus compañeros de la Guardia Civil que le detuvieron en la carretera tras ejecutar a su víctima.
Ese día en medio de una psicosis tóxica, según el fiscal, salió a la carretera con su arma reglamentaria y un machete de 45,5 cm atado a la espalda y oculto por la ropa. Provocó un accidente cuando detectó a Younes Slimali, un marroquí que se dirigía a Valencia para comprar miel. Creen que fue el aspecto y la matrícula francesa del vehículo lo que despertó la ira en el agente de la Guardia Civil.
Se puso en paralelo y le disparó por la ventanilla dos tiros que provocaron el accidente de Younes contra la mediana. Cuando la víctima salió del coche corriendo, Angel Luis le persiguió a tiros. Disparó 14 veces en brazos, hombros y piernas. Y cuando ya le había abatido, le remató en el suelo, disparándole en la sien.
La abogada de la familia de la víctima asegura que no hay razones para tanta ira y que fue producto de una disputa de tráfico. Le acusa de asesinato por la agresividad y la alevosía. El fiscal pide para el guardia 21 años de cárcel.
Su defensa alega enajenación mental transitoria y la influencia del hachís. Aunque el guardia estaba de baja por una dolencia física y no había tenido jamás una baja psíquica. Hoy su abogado ha dicho que Angel Luis Viana no era él; no niegan los hechos, “es como si fuera otra persona”. Mañana le ha aconsejado a su cliente que declare, que explique qué pudo ocurrirle para convertirse en un asesino despiadado. Una de las explicaciones que en su momento alegó el letrado, es que Viana se había obsesionado con el yihadismo y creía ver terroristas por todas partes, aunque nunca hizo esa declaración ante el juez.
La viuda de Younes ha venido a la primera sesión del juicio y no ha podido entrar en la sala porque tendrá que declarar como testigo. Sin embargo, ha aprovechado un momento de entrada de público para asomarse y mirar fijamente al verdugo de su marido. También han venido los hermanos de Younes, toda la familia para proteger a la viuda, madre de dos niños de 5 y 7 años.