Oreja, herida de espejo y volteretón

Cuajó un asentado saludo el sevillano para después de una colada en los albores del trasteo acabar centrándose por el pitón derecho para instrumentar dos series ligadas y limpias que emergieron del resto del conjunto. Como atacó con fe con el estoque el público recompensó su decisión con una oreja y aplaudió al toro en el arrastre. El sexto embistió sin celo ni clase y Cortés no pudo redondear su tarde.

Los dos primeros toros del festejo resultaron más ásperos. El primero propinó un pitonazo a Fundi nada más salir, cuando el torero se encontraba en el burladero y después cogió a Aguilar al rematar un quite. Anduvo valeroso el fuenlabreño con un astado que desarrolló sentido y marcó en corto al torero. También el segundo, que embistió con poco celo de salida, tendió a venirse al paso y meterse por dentro y no dio opciones a Sergio Aguilar.

Ninguno de los dos toreros tuvo opción con los otros dos toros de su lote. Fundi se lució en el saludo al cuarto, toro de embestida geniuda y fuerte al principio, que bajó en agresividad ante la disposición del torero muy centrado y seguro. Aguilar por su parte no pudo brillar con un ejemplar rebrincado y descompuesto que embistió a oleadas.

Plaza de La Maestranza. Quinta de la Feria de Abril. Media plaza. Toros de Palha, sueltos de carnes, de distintas encornaduras y juego deslucido en general. Destacó por nobleza, humillación y ritmo en su embestida el lidiado en tercer lugar. En el arrastre obtuvieron respectivamente pitos, pitos, ovación, silencio, silencio y silencio. El Fundi, silencio y silencio; Sergio Aguilar, silencio tras aviso y silencio; Salvador Cortés, oreja y silencio