Playboy celebra en la mansión de Ceaucescu su primera fiesta en Europa

Del evento no ha trascendido mucho. Se sabe que acudieron unos 250 invitados, todos ellos hombres, que pudieron disfrutar de una velada al más "puro estilo Hugh Hefner", el fundador de la revista. Todos ellos eran personajes acaudalados venidos de Rumanía, otros países europeos, EEUU y Arabia Saudí. Y es que por entre 1000 a 2000 euros los participantes tuvieron derecho a media hora del tiempo de las conocidas conejitas y de otras 300 mujeres rumanas.

El escenario ha sido de lo más polémico.Construido en los años 30 por el príncipe Nicolás de Rumanía, el Palacio de Snagov fue residencia del dictador fascista Ion Antonescu y del stalinista Gheorghe Gheorghiu-Dej. Su sucesor, Nicolae Ceausescu, ordenó ampliarlo y renovarlo con materiales procedentes exclusivamente de Rumanía en los años setenta, y lo utilizó para recepciones y actos oficiales.

Los salones de un palacio que presenciaron la austeridad de los discursos, los trajes y los gestos del comunismo se han llenado de la voluptuosidad de las playmates y de la música de los pinchadiscos.

Pamela Anderson ha sustituido en su papel de anfitriona a Elena Ceausescu y enormes fuentes de chocolate sustituirán a las cerámica rústica de las vajillas de la primera dama.

Los asistentes pudieron pujar por pasar media hora en la excitante compañía de su playmate favorita y el dinero recaudado en la velada se destinará a mejorar las instalaciones de un hospital infantil de Bucarest.

Conejitas

Las italianas Cristina de Pin y Sarah Nile, junto con la rusa Julia Novoselskaya y la ucraniana Anastasia Shkodkina completaron, entre otros nombres, el cartel de conejitas. A ellas se sumaron 300 jóvenes de toda Rumanía, que con simpatía y poca ropa dieron calor a la noche.

Pamela Anderson llegó a Bucarest desde Londres en un avión de British Airways que aterrizó en el aeropuerto Henri Coanda. La estrella y su equipo abandonaron el aeropuerto de Otopeni sin hacer ninguna declaración. LA