El Real Madrid se pasea en La Catedral

El 'clásico' de San Mamés hizo saltar chispas en el césped y en las gradas. Intenso desde el minuto uno hasta el 90. El Athletic-Real Madrid no defraudó a nadie, salvo, lógicamente, a la parroquia rojiblanca, que no pudo disfrutar de la victoria de su equipo y que se desesperó con las duras entradas de las que fueron objeto los 'leones', sin que el colegido Clos Gómez hiciera demasiado al respecto.

Mención aparte merece el colegido aragonés, que levantaba recelos en ambos bandos. Clos Gómez era aquel de los 13 errores que el técnico del Real Madrid, José Mourinho esgrimió que había cometido durante el partido contra el Sevilla el pasado mes de diciembre. Pero al Athletic tampoco le gustaba, después de que le pitara en el Sánchez Pizjuán esta presente temporada y perdiera 4-3, marchándose a casa con la sensación de haber sido robado, después de que Clos les señalara en contra dos penaltis inexistentes.

El Real Madrid se presentó en San Mamés con cinco cambios. Mourinho decidió reservar de inicio a Xabi Alonso, Marcelo, Cristiano, Ozil y Adebayor, a los que quería frescos para la vuelta de la Liga de Campeones y para el 'clásico' ante el FC Barcelona.

El Athletic, que repitió la alineación de Almería, toda vez que Muniain había superado sus molestias, comenzó el partido enchufado, buscando sorprender a su rival y repetir el gol tempranero de la pasada temporada. Activo estuvo Toquero, todo corazón. Pero quizás ese era el problema de los rojiblancos, demasiado corazón, pero sin las ideas claras; batallador, pero sin saber abrir el juego por las bandas.

Penalti y gol de Kakà

El partido transcurría nervioso, como lo estaba Gorka Iraizoz, que no estuvo al nivel que mostró ante el Real Madrid en el choque de la pasada temporada en San Mamés. Y precisamente el guardameta navarro fue el infausto protagonista del primero gol en contra, al cometer penalti sobre Di María y no poder detener el disparo de Kaká, que entró raso junto al poste izquierdo.

El temprenero gol 'merengue' cayó como un jarro de agua en las filas rojiblancas y en las gradas de San Mamés, que no cejaron en dar ánimos a su equipo.

El peligro llegaba por la banda derecha del Real Madrid, con Di María y Kaká, que realizó un partido notable pese a su falta de minutos. Iraizoz salvó en varias ocasiones los muebles, mientras su defensa se movía demasiado adelantada pero no presionaba la salida de Di María.

El Athletic lo siguió intentando, y las mejores ocasiones de empatar el patrtido llegaron en los instantes finales de la primera parte, como un disparo de Muniain que detuvo Casillas, y otro con la izquierda de Gurpegui tras un rechace que se fue por arriba pegado al poste izquierdo. El navarro no pudo dar la alegría y, a cambio, recibió una dura entrada de Albiol que pudo hacerle mucho daño y que no recibió castigo. El de Andosilla ya no salió en la segunda parte.

Granero no estará ante el Barça

El que sí vio tarjeta en las postrimerías de la primera parte Esteban Granero, que se perderá el 'clásico' por haber cumplido su ciclo de cinco amonestaciones. Tras la reanudación, también la vio Sergio Ramos, aunque su durísima entrada sobre Iker Muniain, hubiera merecido más castigo.

Pero mucho más castigo fue el que recibió el Athletic cuando Clos Gómez decretó otro penalti, con los mismos protagonistas que el primero, Di María y Kaká. El argentino cayó en el área tras una entrada de Castillo, y el brasileño se encargó de transformar la pena máxima y subir al marcador el 0-2.

Golazo de Cristiano

Corría el minuto 53 de partido y el Athletic estaba roto ante un rival que no había hecho demasiados méritos pero que se había encontrado con dos buenas oportunidades.

Aún así, lo intentó Toquero en el 63 con un fuerte disparo que se fue a la derecha de la portería de Casillas. Con el partido en franquicia, Mourinho decidió dar entrada a Xabi Alonso y a Cristiano Ronaldo, que terminó de dar la puntilla al Athletic en el 69, anotando el tercer gol en dudoso fuera de juego. En el último minuto, Fernando LLorente tuvo en sus botas la oportunidad del gol de la honra. Sólo tuvo que empujarla, pero falló.