Solo una vuelta al ruedo para El Cid en una tarde sin historia
AGENCIA EFE
01/04/201122:18 h.FICHA DEL FESTEJO: Se lidiaron seis ejemplares de Lagunajanda, el sexto como sobrero tras lastimarse el titular. Bien presentados pero de muy poco juego, sin raza ni fuerza. El cuarto tuvo algo más de casta, pero con las fuerzas muy justas.
El Cid: saludos y vuelta al ruedo tras petición.
Sebastián Castella: ovación y silencio.
Miguel Ángel Perera: silencio en su lote.
La plaza registró más de tres cuartos de entrada en tarde calurosa.
Saludó tras parear al segundo Javier Ambel, de la cuadrilla de Sebastián Castella.
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Sólo una vuelta al ruedo para El Cid
La gran cantidad de aficionados que se congregaron hoy en la plaza del Paseo Ribalta salieron del coso decepcionados, aburridos y casi desolados ante el pobre espectáculo que ofreció una corrida de Lagunajanda, que aunque bien presentada, imposibilitó el lucimiento de la terna por su escasa raza, casta y fuerzas.
Manuel Jesús "El Cid" dio la única vuelta al ruedo del festejo tras matar, por cierto muy bien, al bonito colorado que hizo cuarto. Ese toro fue el de mejor condición del encierro, embistiendo con clase en la muleta del torero sevillano, que lo entendió bien por ambos pitones, en varias serie de muletazos templados y bien estructurados.
Sin embargo, se vio obligado a hacer de enfermero, ya que su buena condición no estuvo acompañada de fuerzas, perdiendo las manos en varias ocasiones. Finalizó su trasteo por manoletinas y mató de un gran volapié. La petición de oreja fue mayoritaria, pero desatendida por el palco.
El primero de El Cid y de la tarde fue un toro serio que resultó manejable, aunque no transmitió emoción en sus embestidas y la labor no llegó a los tendidos. Mató de manera efectiva para saludar una cariñosa ovación.
Sebastián Castella lo intentó todo ante su lote, siempre muy por encima de ambos astados y buscando el éxito a toda costa, que a la postre resultó imposible. Lo mejor ante su primero lo hizo sobre la mano derecha, el único pitón con opciones del toro. Con el otro, muy agarrado al suelo, reservón y sin casta alguna, tuvo que armar pronto el acero ante la desolación de los tendidos.
Completaba la terna Miguel Ángel Perera, que sorteó los dos toros de menos opciones, si es que alguno las tuvo de verdad.
Ante su primero, un toro castaño muy ofensivo, trató de brillar con el capote en un quite muy tropezado al principio pero emocionante cuando el de Lagunajanda no punteó su capote.
Perera no pudo más que derrochar ganas y ambición con la muleta, pero la sosería y poca entrega del toro provocaron que se diluyera en una faena larga en la que mostró técnica y recursos más que sobrados para tirar de las embestidas de su oponente.
Lo acontecido en el sexto terminó de agotar la paciencia de la afición de La Plana. El toro titular se lastimó durante la lidia y fue reemplazado por uno que evidentemente fue manso de solemnidad.
Sin entrega ni alma persiguió como un fantasma los engaños de Perera, que desistió ante las nulas posibilidades de su antagonista.