Única oreja en un festejo deslucido

Manzanares realizó frente al que hizo segundo lo más destacado de la tarde pero su faena decreció cuando el alicantino se echó la muleta a la izquierda. En todo caso, el gran espadazo con el que tumbó a su oponente desató la petición de oreja de un publico que había despertado de su letargo, siendo concedida ésta por el Palco. El quinto fue un toro que metió bien la cara en el capote y tuvo fuerza, pero acusó una notable falta de clase. Esfuerzo importante del alicantino, cuyo oponente tardeó y no repitió en las embestidas.

El Fandi no había tenido opción frente al primero bis, del hierro de Gavira, que salió en lugar del de Torrealta devuelto a los corrales por falta de fuerza. Este toro llegó muy apagado al último tercio por lo que el granadino sólo pudo brillar con su siempre vibrante tercio de banderillas. El cuarto fue un toro con el fondo justo, a menos y defendiéndose. La gran voltereta que sufrió en los primeros tercios de la lidia le perjudicó en la faena de muleta, por lo que el granadino decidió abreviar.

El tercero, de Torrealta, fue un toro muy deslucido y con poquita clase, por lo que Alejandro Talavante decidió irse rápido a por la espada, la cual usó con eficacia. La falta de casta del sexto arruinó sus opciones de triunfo, y el extremeño sólo pudo justificarse con él.

Plaza de toros de La Maestranza. Decimocuarto festejo de la Feria de Abril. Lleno. Toros de Torrealta, bien presentados, faltos de fuerza y descastados; un sobrero de Gavira, descastado, y otro más de El Serrano, noble y con buen pitón derecho. David Fandila El Fandi, silencio y ovación con saludos; José Mari Manzanares, oreja y palmas; y Alejandro Talavante, silencio y silencio.