4-1. El Villarreal naufraga en Wolfsburgo

El partido no pudo empezar peor para un Villarreal que estaba necesitado de buscar la victoria tras el 2-2 en el partido de ida en casa. En el minuto 10, el Wolfsburgo se adelantó con gol del bosnio Edin Dzeko y, apenas cinco minutos después, llegó el segundo, cuando Angel López marcó en propia puerta al tratar de desviar un centro de Grafite.

Los dos goles habían tenido un origen casi idéntico y eran casi una radiografía de lo que fue la primera media hora del partido.

En ambas ocasiones el Villarreal, que tenía más la pelota que el contrario, había perdido el balón en el centro del campo y el Wolfsburgo había contraatacado de manera fulminante. Primero, con el pase directo del brasileño Josué a Dzeko que definió con un soberbio remate de pierna derecha. Luego, otra vez Josué se había robado la pelota para entregársela a Misimovic que la metió al área para que Grafite centrara y prácticamente forzase a Angel a desviar el balón hacia el fondo de la red.

Las cosas se hubieran podido poner incluso peor para el Villarreal se no haber sido por dos grandes intervenciones del meta Diego López ante Dzeko alrededor del minuto 26. Primero, logró desviar a corner un disparo a quemarropa y, en el saque de esquina posterior, el meta villarrealense volvió a ser el salvador del submarino amarillo ante un cabezazo de Dzeko.

Las paradas de Diego López mantuvieron una ligera esperanza para el Villarreal que creció cuando, en el minuto 31, Capdevila marcó de cabeza aprovechando un saque de esquina lanzado por Marcos Senna.

El gol le dio vida al Villarreal y eso empezó a notarse en el campo. Los contragolpes del Wolfsburgo fueron menos frecuentes y en el aire parecía haber una esperanza que pareció desinflarse otra vez en el minuto 51, con una nueva aparición de Edin Dzeko.

El bosnio, en una gran jugada por la banda derecha, se deshizo de Capdevilla, llegó al área y metió un centro que Grafite en el centro no alcanzó a aprovechar pero que encontró a Christian Gentner en el segundo poste que no tuvo resistencia alguna para mandar el balón al fondo de la red.

En la segunda parte, el Villarreal salió en plan de jugarse los restos y durante un breve periodo logró, incluso, ejercer cierta presión sobre el Wolfburgo llevando el partido a la mitad contraria y buscando el gol que le permitiera soñar.

En el minuto 59, Joseba Llorente, tuvo en sus pies la posibilidad del empate pero perdió el balón con Alexander Madlung cuando se disponía a rematar dentro del área.

Sin embargo, en el 64 -un poco de la nada- llegó una puñalada de la que Villarreal no iba a recuperarse. Un intento de desahogo del Wolfsburgo terminó en una falta en tres cuartos de cancha. Misimovic fue el encargado de lanzarla y Grafite -en probable fuera de juego- alcanzó a meter el pie para desviar la trayectoria del balón y dejar sin opción alguna a Diego López.

El gol dolía doble, porque llegaba en la fase en que el Villarreal mejor jugaba y la ilusión de marcar tres goles en lo que quedaba de partido era un poco empezar a creer en milagros en una noche en que todo parecía en contra.

El Villarreal siguió intentando al menos salvar el honor. El ingreso del ecuatoriano Jefferson Montero, en el minuto 70, trajo al comienzo algunas cosas interesantes. Sobre todo, una gran jugada en el 75 que se convirtió en una gran ocasión para el brasileño Nilmar cuyo disparo fue bien parado por Hitz.

Pero la suerte ya estaba sellada e, incluso, el marcador hubiera podido crecer aún más con un disparo de Misimovic que pegó en el poste en el minuto 90.