El Zaragoza no quiere sufrir y luchará por consolidarse en Primera

La tarea que afronta José Aurelio Gay como entrenador en su primera temporada en la máxima categoría, después de haberse hecho cargo del banquillo el 13 de diciembre de 2009, junto a su ayudante Mohamed Alí Hamar Nayim, no se presenta nada fácil, aunque ambos ya han demostrado su capacidad obtener el máximo rendimiento de una plantilla con más limitaciones que virtudes.

La piña que han logrado formar Gay y Nayim, dos ex zaragocistas con un notable pasado deportivo en la entidad, y la intensidad y concentración a la que obligan en cada una de las acciones a sus hombres se está convirtiendo en las señas de identidad. La principal piedra en el camino de la entidad que preside Agapito Iglesias son los problemas económicos que impiden completar de la manera más adecuada la plantilla.

El tope salarial impuesto a la plantilla para reconducir la delicada situación económica ha sido la medida más impactante y la que por otro lado crea una barrera en muchas de las operaciones que se emprenden para intentar la contratación de nuevos refuerzos.

Las llegadas al club se están produciendo este verano con cuentagotas: dos porteros, el argentino Leo Franco y Toni Doblas, porque se habían quedado sin ninguno al finalizar la pasada temporada; el centrocampista argentino Nicolás Bertolo y el delantero colombiano Marco Pérez son todas las incorporaciones.

A ellas se puede añadir, porque ha hecho efectiva su opción de compra, el defensa italiano Matteo Contini que llegó en el mercado invernal.

La recaída en la grave lesión de rodilla del nigeriano Ikechukwu Uche supone un serio contratiempo, sobre todo porque en el sector de la producción de goles puede resentirse con el regreso al Monterrey de la estrella anotadora chilena Humberto Chupete o y obliga a contratar a un delantero que sigue sin aparecer por la Ciudad Deportiva y que muy probablemente no llegue hasta el último día hábil para su fichaje.

Todo ello ha llevado a volver la mirada hacia la cantera y que durante esta pretemporada se haya tirado de ella como nadie recordaba en la historia más reciente. Nombres como Edu García o el juvenil Kevin Lacruz, dos de los que más han destacado, muy pronto pueden empezar a ser conocidos en el fútbol español.

Esa confianza los jugadores de la casa la están sabiendo aprovechar y están demostrando que apostar por ellos no es una idea tan descabellada y que pueden cubrir muchos de los huecos que en los últimos años han ocupado futbolistas cuya única seña de calidad era la de ser de fuera.

El punto de partida del Zaragoza es claro: lograr la permanencia lo antes posible. A partir de ahí, Gay y Nayim tratarán de sacar lo mejor posible de un grupo que debe tener su mayor fortaleza en la unión.