La ciudad de San Francisco fue testigo de un fenómeno único. Sus habitantes pudieron observar cómo la pasada noche una misteriosa estela de luz cruzaba el cielo ante la sorpresa de los transeúntes. Según el Observatorio de Griffith, la luz blanca se trataba de un meteorito que entró en la atmósfera terrestre y desembocó en el Océano Pacífico.