Las setas alucinógenas muestran resultados prometedores contra la depresión según un estudio
Los pacientes deben recibir atención psicológica junto al consumo
Su efectividad podría ser la misma que la de los antidepresivos
Los expertos consideran que podría ser una buena alternativa
Un estudio ha demostrado resultados prometedores al analizar los valores medicinales de las setas alucinógenas como manera de tratar a pacientes con depresión. El hongo en concreto es la Psilocibina y, según los expertos, podría ser una alternativa para tratar este tipo de enfermedades.
Los resultados del trabajo científico que todavía se encuentra en una fase intermedia han revelado que las dos 'dosis' de esta pequeña seta podrían ser igual de efectivas que los tratamientos antidepresivos convencionales si se combina adecuadamente con atención psicológica.
MÁS
"Creo que se podría decir que estamos ante una alternativa frente a los tratamientos tradicionales"-expresa con orgullo uno de los investigadores del estudio que está desarrollando el Imperial College de Londres.
Liberarse de pensamientos negativos gracias a una "seta mágica"
Mientras que las pastillas más habituales contra la depresión ayudan a gestionar mejor los pensamientos, la principal ventaja de este hongo es que produce una "liberación" en el cerebro que, si se combina con la atención terapéutica adecuada, es capaz de generar grandes índices de bienestar en los pacientes.
No obstante, los médicos alertan de los riesgos que pueden implicar para la salud este tipo de sustancias si no se administran bajo la supervisión de un profesional. En este sentido, los expertos desaconsejan tajantemente el autoconsumo de este tipo de seta para la que haría falta prescripción médica.
Los efectos positivos de la Psilocibina se estudian ya desde hace varios años en el campo de la psiquiatría. Los resultados publicados hasta el momento muestran una mejoría moderada de los pacientes que vieron además reducida la gravedad de sus síntomas depresivos con una mayor rapidez frente a los pacientes que recibieron medicamentos convencionales.
Pese a los resultados prometedores del estudio, los investigadores reconocen que de momento no se trata de una opción viable y que las pruebas deberán continuar antes de poder comenzar a ser utilizado en pacientes fuera de la investigación.