ArteBA desafía a la crisis con precios atractivos

En la décimo octava edición de esta feria, que estará abierta al público hasta el próximo martes, participan unos 800 artistas del panorama latinoamericano, cuyas obras exhiben unas ochenta galerías de arte contemporáneo de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay, España y Estados Unidos.

El entramado de espacios de exhibición, distribuidos en interminables calles y pasillos del recinto ferial, resulta el paraíso de los coleccionistas.

Unos dos centenares son reputados compradores extranjeros, que reciben en esta feria un trato "VIP" y desde el martes pasado están concretando compras a puertas cerradas.

"Pese a la crisis, las expectativas son buenas, vamos a ver cómo reaccionan los compradores argentinos, pero los grandes coleccionistas en verdad no tienen problemas de presupuesto", dijo a Efe la artista argentina Marta Ares.

Muchos de los expositores ven en la crisis y la consecuente retracción del consumo masivo como una gran oportunidad, pues el arte parece ser un buen refugio para las inversiones.

"Comprar una obra de un artista argentino contemporáneo es, claro, una inversión de riesgo si su trayectoria no es muy amplia. Pero el arte argentino es barato en relación a otros mercados y, a la vez, genera un interés creciente, por lo que se vuelve una buena apuesta de inversión a futuro", explicó Fernando Entin, de la galería Elsi del Río.

Expertos consultados por Efe coinciden en que los precios de las obras de maestros consagrados no han variado sustancialmente desde el estallido de la crisis, mientras los valores de los artistas más jóvenes sí se han ajustado a la baja.

En esta edición de ArteBA se pueden encontrar piezas desde 500 dólares (358 euros), un precio accesible para quien quiera iniciar su propia colección, pero también obras por 150.000 dólares (107.000 euros)

Entín apunta que los coleccionistas experimentados vienen a esta feria a sabiendas de que en Buenos Aires los precios son mucho menores que los de otras plazas, incluso de Suramérica.

Como ejemplo, uno de los cuadros expuestos en el espacio de su galería en esta feria, a la venta por 8.500 dólares (unos 6.000 euros), la semana pasada se exhibió en San Pablo (Brasil) con un precio de 18.000 dólares (casi 13.000 euros).

ArteBA es también uno de los mejores sitios para los jóvenes que quieren hacer su primera compra de arte porque en la feria está lo mejor del panorama contemporáneo con precios al alcance de quien quiera darse un gusto por el simple placer visual.

"Parece mentira, pero ahora estamos menos afectados por la crisis que el año pasado. Desde noviembre pasado se ha reactivado el mercado y con jóvenes compradores argentinos que, en nuestro caso, pueden adquirir una obra desde 3.000 pesos (unos 800 dólares, 573 euros)", dijo una vendedora de la galería Holz.

Además de los coleccionistas privados, las galerías utilizan el escaparate de la feria para vender obras a museos y empresas que buscan nutrir sus colecciones.

De hecho, unas de las primeras adquisiciones la hizo la firma estadounidense American Express, que pese a sufrir los embates de la debacle económica, volvió a destinar este año 20.000 dólares (14.300 euros) para la compra de dos obras de la ascendente artista argentina Nicola Constantino que donó al Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina.

Quien ya genera consultas de posibles compradores, incluso antes de la apertura formal de la feria, es la obra del argentino Milo Lockett, el artista que más vendió en las últimas dos ediciones de ArteBA, éxito que promete repetir este año.

"La feria le ha servido a este artista como un auténtico escaparate y ahora su obra tiende a valorarse cada vez más. De dos años a esta parte el precio de sus obras ha crecido, pero aún así pueden conseguirse piezas de Milo por 3.500 pesos (unos 900 dólares, unos 645 euros)", señala Rita Maschwitz, de la galería Teresa Anchorena.

Y para los amantes del arte sin dinero para comprar, la feria es la cita imprescindible de cada año pues es el modo más cómodo para acceder y conocer qué se está cocinando en los talleres de arte de la región hoy día.

Natalia Kidd