Confusión en torno a la venta del Grupo Capriles, principal consorcio privado de comunicación de Venezuela

El presidente de la Cadena, Miguel Ángel Capriles, habría anunciado el lunes a sus directivos en una reunión que el influyente banquero Víctor Vargas adquirirá el conglomerado editorial, que cuenta con tres diarios -incluyendo el de más tirada del país-, varias revistas y una editorial de textos escolares.

"Mayoría de accionistas decide vender Cadena Capriles. Comprador: empresario Víctor Vargas. En 60 días se consuma operación", dijo Omar Lugo, director de 'El Mundo', una de las cabeceras del grupo, en su cuenta de Twitter. Varios medios de la Cadena también confirmaron la información por varios canales informativos y redes sociales.

Sin embargo, horas después, el Banco Occidental de Descuento (BOD) desmintió la noticia en nombre de Vargas, conocido por su cercanía con el fallecido Hugo Chávez, bajo cuyo mandato de 14 años floreció su pujante negocio bancario hasta conformar la quinta entidad más grande del país petrolero.

"No es cierta compra de Cadena Capriles por parte de BOD Corp Banca, ni Víctor Vargas. No es de nuestro interés ni lo permite la Ley de Bancos", dijo a través de su cuenta oficial de Twitter @BODoficial, recalcando la normativa legal impulsada por Chávez que prohíbe a los bancos poseer medios de comunicación.

Con más de 70 años de tradición, la línea editorial del grupo es considerada moderadamente crítica en la dividida nación caribeña y su diario insignia, 'Últimas Noticias', está dirigido por el prominente académico cercano al chavismo Eleazar Díaz Rangel, aunque varias veces fue reprendido en público por Chávez.

UNOS 140 MILLONES DE DÓLARES

Fuentes del grupo editorial que asistieron a la reunión explicaron que la venta sería por unos 140 millones de dólares y que se trató de una "decisión de la familia Capriles" que el presidente del grupo, minoría en el consejo, no pudo frenar.

Contracorriente a la mayoría de los empresarios venezolanos, Vargas se ganó el apodo del "banquero de Chávez" con un enfoque pragmático hacia la revolución socialista, en la que prosperó al calor de la mayor bonanza petrolera de la historia del país.

Pese al desmentido del BOD, los trabajadores del grupo Capriles fueron informados por sus superiores de que una nueva junta directiva asumirá en agosto, dejando en vilo la línea editorial.

La oposición teme que la venta del influyente Grupo Capriles a un financiero que destaca por su jugosos negocios con el Estado afecte el tono crítico de sus medios, justo días después de que los nuevos dueños de Globovisión despidieran a algunos de los presentadores del canal que estaban más comprometidos políticamente.

El presidente, Nicolás Maduro, se reunió con los jefes de algunos medios privados para tratar de mejorar las relaciones con el sector, mientras que el líder opositor Henrique Capriles alertó que el Gobierno busca crear un "cerco mediático" para silenciar su denuncia de que se robaron las disputadas elecciones de abril.

Vargas, descendiente de una larga tradición de banqueros, siempre criticó la etiqueta "boliburgués" -burgués bolivariano- con la que la oposición se refiere despectivamente a una generación de empresarios que hizo fortuna apoyando el discurso socialista de Chávez.

"Escriben historias sobre mí diciendo que tengo un Ferrari, un avión, un yate. No es cierto: tengo tres aviones, dos yates, seis casas. ¡He sido rico toda mi vida!", dijo el poderoso empresario, que también tiene negocios petroleros e inmobiliarios, en una entrevista en 2008.

SUEGRO DE LUIS ALFONSO DE BORBÓN

Aficionado al polo, los caballos y los autos de lujo, la fastuosa boda de su hija con Luis Alfonso de Borbón, hijo del fallecido duque de Cádiz y pretendiente al trono de Francia, lo puso en el centro de los reflectores de la prensa rosa.

En 2008, Vargas intentó comprar el Banco de Venezuela al grupo español Santander, pero Chávez vetó la operación para que el Estado se hiciera con la mayor entidad financiera del país.

Chávez reformó en 2012 la ley de Instituciones Financieras para prohibir expresamente a dueños y accionistas de la banca tener participación en medios de comunicación, asegurando que los intereses financieros fueron utilizados para tratar de desestabilizar su Gobierno izquierdista.