David Guetta disfruta de una intensa jornada de playa con sus hijos, Tim Elvis y Angie

Pero eso no ha impedido que Guetta se haya volcado de lleno en sus hijos, Tim Elvis y Angie, su principal bálsamo para superar este bache en su vida. Junto a ellos ha disfrutado de unos días de descanso en Ibiza y sobre todo de una intensa jornada de chapuzones en el mar. Enfundado en un bañador azul, Guetta estuvo saltando desde un pequeño acantilado con sus hijos, animándose a lanzarse al agua desde él.

David fue el primero en saltar, tomando de la mano a su hijo Tim Elvis, de diez años de edad, que hizo lo propio con el resto de amiguitos. A continuación Guetta animó a su hija Angie, de seis años y a otra niña de su misma edad a saltar desde una altura menor. El consagrado músico no dudó en coger de la mano a su hija, quien muy aguerrida no dudó en seguir a su orgulloso papá.

Qué mejor que disfrutar de tus hijos y olvidarte de la sonada ruptura matrimonial del Dj con su ya exmujer Cathy Lobé después de más de veinte años de unión. Tanto David Guetta como Cathy se conocieron en el año 1990 y tras contraer matrimonio pusieron en marcha uno de los negocios más exitosos de la música por parte del Dj. Éxito del cual estaba detrás de él Cathy, toda una empresaria de gran renombre que ha logrado encumbrar David Guetta a donde está, además de que se embolsaba la mitad de todo lo que gana el Dj. Una situación algo complicada para el artista.

La ruptura, como decimos, ha supuesto toda una sorpresa dado que a comienzos de año habían renovado sus votos matrimoniales en Ibiza, su santuario y el lugar donde asentaron un imperio en torno a la música electrónica. Y es que incluso se llegó a empapelar la isla con carteles promocionales de ellos dos, pero que al conocer esta nueva circunstancia, fue más complicado retirar a la mente pensante detrás de Guetta que haber empapelado de nuevo todas las calles exclusivamente con el Dj.

Parece que la ruptura no se ha producido de mutuo acuerdo por lo que es probable que vuelvan a verse las caras en el juzgado, como lo hicieron con su sentencia de divorcio, para repartirse las suculentas ganancias del imperio que ambos crearon.