La Diputación de Málaga inicia una campaña popular para que su auditorio reciba el nombre de Edgar Neville

La dirección de Internet para sumarse a la propuesta es http://www.dpm-cultura.org/adhesion/neville/, han informado desde el ente supramunicipal y han explicado que así con esto se quiere rendir homenaje a Edgar Neville, representante de la llamada 'Generación menor', 'Generación de la sonrisa' o 'La otra Generación del 27'.

Desde la Diputación malagueña han expresado que su inquietud artística le llevó a destacar como novelista, poeta, autor teatral, guionista, productor y director de cine y teatro, dibujante, pintor, escenógrafo o fundador de revistas, entre otras actividades. Todas estas facetas las compaginó con su pertenencia al cuerpo diplomático.

En este sentido, la diputada de Cultura, Marina Bravo, ha destacado, a través de un comunicado, "lo mucho que Málaga debe agradecer a Edgar Neville, una de las personalidades más geniales y originales de nuestra historia más reciente y gran dinamizador de la cultura en la provincia".

Cultura promueve así un reconocimiento público para dar el nombre de Edgar Neville al auditorio, espacio escénico que ha de convertirse en breve "en referente cultural". Así, tras el beneplácito de sus herederos, se ha puesto a disposición de los ciudadanos el poder sumarse al homenaje, junto a personalidades de las manifestaciones culturales con las que Neville estuvo relacionado.

A esta iniciativa ya se han sumado más de 60 personas del mundo de la cultura en España, entre las que se encuentran los malagueños Antonio Banderas y María Barranco, Concha Velasco, Nuria Espert, Nacho Vigalondo, Pedro y Agustín Almodóvar, Bigas Luna, Luis Alberto de Cuenca o Pablo García Baena.

Edgar Neville nació en Madrid en 1899, pero desde su juventud mantuvo una estrechísima vinculación con Málaga que fue creciendo a lo largo de su vida. Todo empezó gracias a su matrimonio con la malagueña Ángeles Rubio Argüelles, y continuó poco tiempo después con la amistad que entabló con el grupo de creadores de la revista Litoral en la legendaria imprenta Sur.

Después de pasar por Hollywood y el Madrid de la posguerra, se retiró a su villa marbellí 'Malibú', un lugar donde encontró inspiración para no pocas de sus obras y donde desarrolló una intensa actividad cultural y social.