Fernández Giua hace una lectura contemporánea del "Macbeth" de Shakespeare

Fernández Giua ha señalado hoy en la presentación que la intención inicial era "confrontar Shakespeare a la actualidad" y tras una lectura de varios textos del inglés y la circunstancia de contar con cinco actores optó por "Macbeth", que se adaptaba mejor a esa premisa que textos como "Hamlet", "La tempestad" o "Sueño de una noche de verano".

"Macbeth", comenta el director, le parece más interesante, porque "habla del poder y de la corrupción", una preocupación que ya estaba en anteriores espectáculos de la compañía.

La obra, que se representará hasta el próximo 13 de febrero, no identifica la acción en un momento histórico concreto, pero hace "una lectura contemporánea del texto, desde nuestro presente", ha dicho.

En el texto hay también una doble lectura, ya que "al hablar del poder en el mundo colectivo -ha señalado- entronca perfectamente con las luchas individuales", y planea una pregunta al espectador: "¿hasta qué punto hemos de estar atentos a las decisiones de los gobernantes?, decisiones que acaban produciendo dolor, guerra y destrucción", ha dicho.

A su juicio, "el segundo gran tema de la pieza es el miedo", hasta el punto de que Fernández Giua ve "Macbeth" como "la obra del pánico".

"Macbeth es la historia de un hombre que lo pierde todo, que deja escapar la felicidad que tenía al alcance y nuestro montaje trata de ver por qué", ha resumido el director.

En su adaptación, el director ha procurado "respetar la estructura de Shakespeare, entender su lenguaje, porque tiene un entramado de una riqueza obvia, y brinda un material que permite trabajar con una gran libertad".

Precisamente, el trabajo de Fernández Giua con los actores se ha centrado en "la búsqueda de espacios de libertad".

En relación al original, el espectáculo reduce el número de personajes: "hemos fundido algunos personajes, y además algunos de los actores llegan a representar hasta tres y cuatro roles, y sólo Macbeth y Lady Macbeth no doblan otros personajes".

En "Macbeth" muere mucha gente y el propio director se interroga por dónde está la esperanza y la conclusión no puede ser más lúgubre: "En este espectáculo hay poca esperanza, quizá al final con el relevo en el poder, cuando el tirano es destronado, pero cuesta encontrar un punto de esperanza con el mundo en el que vivimos hoy".

La obra de Shakespeare se está preguntando todo el tiempo cómo han de ser nuestros gobernantes, cuál ha de ser su talla, pregunta fundamental, a su juicio, cuando se trabaja con Macbeth.

Cree Fernández Giua que aunque hay otros autores que permiten hablar sobre la corrupción, como Harold Pinter, "al margen de la complejidad del lenguaje, en los textos de Shakespeare se ofrece mucho material para hablar de nuestra contemporaneidad, de nuestros intereses".

"El autor inglés pinta un mundo en el que la gente defiende sus intereses, igual que sucede hoy, que vivimos en un mundo muy individualista", ha apuntado.

A pesar de que el propósito de Fernández Giua era "hacer un Shakespeare muy sintético al servicio del texto", en la obra se incluye una escena anacrónica de lucha con espadas, que funciona como metáfora.

Dani Arrebola, Jordi Brunet, Marc García Coté, Laia Martí y Pau Sastre interpretan los diferentes personajes en un escenario diseñado por Eugenio Szwarcer.