Luis Rollán da el 'sí quiero' a Alejo Pascual, bajo la atenta mirada de Isabel Pantoja

El colaborador de televisión, Luis Rollán, y su pareja, Alejo Pascual, cumplieron uno de sus sueños al darse el 'sí quiero' bajo la atenta mirada de 150 familiares y amigos, que se trasladaron muy "emocionados" hasta Maresme.

Entre los invitados estuvieron la copresentadora de 'Sálvame' Belén Esteban, la ex participante de 'Gran Hermano' Marta López, la cantante Tamara, su amiga Toñi Salazar, Eva González, la colaboradora Terelu y Chayo Mohedano, junto a su marido, que llegaron por sorpresa. La gran ausente fue Ana Rosa Quintana, que según apuntó el novio "tiene problemas personales".

Pero si en el enlace de Luis Rollán hubo cuatro mujeres protagonistas estas fueron las que ejercieron como testigos: María Pineda, que eligió un traje fucsia, Ana Obregón, que prefirió el azul con pedrería en el escote y las dos mujeres que siempre rodean al novio y que se decantaron por el rojo pasión: Raquel Bollo e Isabel Pantoja.

Todas y cada una de ellas son "un pilar importante" en la vida de Luis, tal y como ha confesado en alguna ocasión. Pero durante la ceremonia dos destacaron por encima del resto: Anita Obregón e Isabel Pantoja.

"Ana se ha plantado delante del micro y ha dicho 'es que no lo puedo evitar, estoy delante de un micro y tengo que hablar' y ha soltado lo que sentía en ese momento", confesó Raquel Bollo ante las cámaras.

Isabel Pantoja, por su parte, fue otra de las grandes protagonistas de la ceremonia. Según aseguró el colaborador de Telecinco, Isabel derramó alguna que otra lágrima en el momento del 'sí quiero' y además podría haber cantado alguna bulería durante la cena.

"REGALOS BAILARINES"

Pero la madre de Kiko no fue la única que sacó el pañuelo para secarse las lágrimas. Las hermanas de Luis Rollán dedicaron unas emotivas palabras a los novios causando así el brillo en los ojos de todos los presentes.

En cuanto a los regalos, nada de relojes o gemelos de oro, la pareja prefirió dedicarse algo más sentimental: Alejo, como buen argentino, le dedicó a su esposo un tango, provocando que Luis se arrancase por bulerías.