Rosa Maria Sardà es la férrea monja de 'Dubte', una obra sobre la "ambigüedad del alma"

La actriz catalana Rosa Maria Sardà será la férrea y estricta monja de 'Dubte', una obra de John Patrick Shanley sobre un presunto caso de pederastia en un colegio católico que en realidad es una excusa para hablar de la "ambigüedad del alma humana" y para demostrar que la verdad tiene mil caras, según la directora, Sílvia Munt.

El montaje, enmarcado en el Festival Grec de Barcelona, se verá a partir del 30 de junio en el Teatro Poliorama y cuenta el caso del padre Flynn --que interpreta Ramon Madaula--, un moderno sacerdote del colegio Sant Nicholas del Bronx de Nueva York que, además, de jugar muy bien a baloncesto quiere a los niños "más de la cuenta", ha precisado el actor.

En la trama, la prestigiosa disciplina de la institución empieza a resquebrajarse con los cambios sociales de los años 60 en los Estados Unidos de Kennedy, sobre todo cuando empiezan a matricularse estudiantes como Donald Miller, el primer alumno negro, que será el 'favorito' del sacerdote Flynn.

Lo que 'a priori' parece un caso evidente de peredastia no lo es tanto en la dramaturgia de Shanley, que quiso ante todo que el espectador se hiciera preguntas, que dudara en cada momento de quién dice la verdad, porque que la pederastia es "repugnante" ya se sabe, ha dicho Munt, que ha remarcado en varias ocasiones que ése no es el tema de la obra.

La actriz Mar Ulldemolins representará sobre las tablas un poco el mismo proceso que vivirá al espectador: ella encarna a la inocente hermana James, que empieza malpensar y a poner en duda las buenas intenciones de Flynn, lo que hace que la hermana Aloysius --Sardà-- inicie una cruzada personal para descubir la verdad.

LA PRIMERA MONJA DE SARDÀ

Completa el reparto Nora Navas, que encarna a la madre del alumno que presuntamente ha sufrido los abusos, y que ha expresado su admiración por la intepretación que hizo de este personaje Viola Davis en la adapatción cinematográfica del mismo Shanley.

En esa película todos los actores acabaron nominados al Oscar y el papel de la monja que hace Sardà lo hizo Meryl Streep, y en un alarde de modestia la actriz catalana ha asegurado que el talento no se puede imitar: "La gente que está bendecida lo está, el resto hacemos lo que podemos".

Es la primera vez a lo largo de su dilatada trayectoria en que Sardà se pone en la piel de una monja, un personaje por el que no tiene especial simpatía: "La gente que vive de una manera antinatural, que se disfraza y que nos dice cómo tenemos que vivir los demás; siempre me parecerá sospechosa".