El Teatro Valle-Inclán desmitifica la idea del "amor romántico" a través del humor negro de Beckett en 'Primer amor'
EUROPA PRESS
28/02/201814:48 h."Beckett es un dinamizador de los pilares de la sociedad, y a través del humor desmitifica la metafísica. Pone de relieve que todo lo que es el mundo, los pensamientos adquiridos y nuestra manera de concebirlo está condicionado por la cultura y la religión", ha explicado Górriz en un encuentro con los medios con motivo de la presentación de la pieza, este miércoles 28 de febrero en Madrid.
Así, el montaje teatral está basado en un relato de Beckett escrito en 1945, en el que un viejo hombre (sin nombre ni edad) expulsado de su casa tras la muerte de su padre relata en primera persona su enamoramiento con una prostituta (Lulú) y escribe su nombre en una boñiga seca de vaca.
En este sentido, el director ha destacado que el texto de Beckett no es "nada denso" pero tiene "una gran profundidad" y está repleto de "humor negro".
La obra cuenta así con un solo actor, Pere Arquillué, promotor de la idea original de la representación (junto a Moisés Maicas), y quien narra a través de un monólogo la historia del personaje directamente al público.
En cuanto a la escenografía, se compone solamente de un banco, que a veces simula ser una lápida, otras veces una mesa de disección y otras incluso un frigorífico, y un elemento suspendido lumínico que va creando los diferentes espacios.
"Se trata de una historia de amor-antiromántica en la que utiliza los tópicos románticos para pervertirlo. Se ríe de que el amor tenga que ver con algo que va más allá, él lo lleva algo a algo físico. Lleva el tema de las relaciones humanas a algo más químico", ha recalcado para matizar que de este modo desenmascara el llamado "sentimiento amoroso" del romanticisimo burgués del siglo XIX.
OBRA "UNIVERSAL"
Por ello, a pesar de la época en el que fue escrito el relato original, la obra es "universal" y "está a la orden del día". "El tiempo acaba dándole la razón. La ciencia hace años que se esfuerza en demostrar que eso que llamamos amor tiene muy poco de metafísico", expresa.
Asimismo, para Beckett, la "idea de Dios" no es más que "la contemplación de un almanaque colgado en la pared" y el Estado es un ente dedicado a la "persecución y exhumación sistemática de los ciudadanos", según explica. En cualquier caso, ha recalcado que a pesar de los temas que se tratan ("siempre con humor") la narración "se entiende perfectamente" puesto que es lineal.
Por otra parte, el tema de la muerte también está muy presente, recorriendo la columna vertebral de la obra. En este sentido, el relato comienza con la citada muerte del padre del personaje, y termina con el nacimiento de su hijo, "cerrándose así un ciclo".
Preguntado por la visión del protagonista sobre la mujer de la que se enamora, Arquillué la ha definido como "pésima". "La dibuja muy malamente. Lulú es una puta, bizca, sin ningún tipo de interés geográfico definido. Pero es un personaje lleno de luz y esperanza que de alguna manera se enamora de él. Él lo pinta mal, pero Beckett la llena de luz", ha precisado.
En cuanto a la coordinación del trabajo de los dos directores, ha destacado que ha sido un trabajo "muy acompasado" en el que Górriz ha ahondado en el análisis del texto y Ollé ha puesto "el punto de energía sobre el escenario" trabajando con el ambiente, las luces y la música.
Así, Arquillué ha rescatado una representación del clásico que ya interpretó hace siete años en catalán y que consta de un "trabajo técnico muy grande y complejo". "La pieza es un fondo de armario y la voy a ir sacando cada ocho años. Va a ser distinta cada vez por que yo no soy el mismo", ha concluido.