Tita Cervera sigue adelante con la ilusión de volver a ver a su hijo

Las relaciones entre Tita Cervera y su hijo Borja no parecen mejorar. Y no será porque la baronesa no lo intente. En declaraciones exclusivas a la revista 'Diez Minutos', Tita ha asegurado que sigue llamando a su hijo "dos veces al mes" y que es "persistente" aunque no tenga opción "ni de dejar un mensaje".

Borja Thyssen y su familia, formada por su mujer Blanca Cuesta y los dos hijos que tienen en común, Sasha y Eric, tan solo mantienen contacto con la baronesa a través de sus abogados. "Sí, los abogados hablan entre ellos", ha afirmado Tita.

Además, el crecimiento de sus nietos lo sigue por la prensa ya que "leo las revistas y recorto las noticias". Es así como ha conocido que va a ser abuela por tercera vez. A pesar de tener que recurrir a los medios para enterarse de este tipo de acontecimientos, la baronesa no guarda rencor y les desea "toda la felicidad del mundo".

Por supuesto, le encantaría conocer al bebé cuando nazca y, aunque no le importa el sexo de su nuevo nieto, le encantaría que fuera niña para que se cumpla el deseo de su nuera, Blanca Cuesta, que ha declarado que lo prefiere así.

A pesar de las discrepancias, la baronesa asegura que a su hijo "no le va a faltar de nada" y que Borja "ahora también recibe cantidades muy importantes". Quizá para hacer frente a este y a otros gastos, Tita ha decidido sacar a subasta un cuadro de su colección.

'La Esclusa' de John Constable es el cuadro que saldrá a subasta el próximo 3 de julio en Londres con un precio de salida de 20 millones de euros. A pesar de ser una de las mujeres más ricas de nuestro país, Tita asegura que es "rica en cuadros, no en liquidez".

La viuda del barón Thyssen asegura que no cobra ningún tipo de sueldo o asignación y que, además, tiene cedida gratis su colección pictórica. Este es el primer cuadro que vende y lo hace para "solucionar sus problemas" y para que a sus tres hijos, Borja y las gemelas, no les falte de nada.

Diez años después del fallecimiento de su marido, Heini Thyssen, la baronesa sigue haciendo esfuerzos para poder mantener el legado que construyó con él y, por ello, no se plantea por el momento vender más cuadros.