Un brazalete de Wallis Simpson alcanza un récord de ventas en Sotheby's

La prestigiosa casa ofrecía al mejor postor en Londres una veintena de joyas que pertenecieron a Simpson.

El brazalete de diamante y ónix con la forma de una pantera marcó un récord para el fabricante de joyas Cartier en una subasta, y alcanzó también una cifra récord en subastas de brazaletes, según indicó a Efe un portavoz de Sotheby's.

La cifra lograda superó a la cantidad estimada por esa joya, por la que se había estimado un precio que rondaba entre el millón y el millón y medio de libras (1,19 y 1,79 millones de euros).

La casa de pujas consideró que la venta, en la que se vendieron todas las piezas por una suma total de 7.975.550 libras (9.551.197 euros), había sido "un éxito".

La otra pieza estrella de la colección, una horquilla de rubí, zafiro, citrina y diamante con la forma de un flamenco se vendió por 1.721.250 libras (2.062.392 euros) y también superó las expectativas de Sotheby's, que había estimado que lograría por ella un precio de venta entre 1,19 y 1,7 millones de euros.

Otro de los objetos vendidos fue un broche de Simpson del siglo XX por el que se pagaron 205.250 libras (245.943 euros).

El vestido de noche con adornos de diamantes valorado en 90.000 libras (107.829 euros) diseñado por Cartier en 1935 y que tiene grabadas las iniciales W y E, y la inscripción "Hold Tight" (Aguanta), una frase que el rey y Simpson usaron con frecuencia en sus cartas durante la crisis de la abdicación encontró comprador por 115.250 libras (136.687 euros).

El brazalete favorito de la duquesa, adornado con nueve cruces cristianas hechas con gemas, que lleva otra inscripción que recuerda un intento de asesinato del rey: "Que Dios Salve al Rey para Wallis -16.VII.36-" y cuyo precio estimado se cifró en 450.000 libras (530.145 euros), llegó a las 601.250 libras (713.083 euros).

Esta colección de joyas de Wallis Simpson permaneció expuesta en Londres durante los pasados dos meses.

Las piezas son una especie de breve crónica del escándalo que sacudió a la sociedad británica de hace 75 años, cuando el rey decidió renunciar al trono por la mujer de la que estaba enamorado.

Algunas de las piezas que se subastaron tienen grabados mensajes de amor y sirven para conocer un poco mejor un periodo crucial de la monarquía británica.

Antes de ofrecerlas al mejor postor, la casa de subastas hizo una gira expositiva de la colección que pasó por Londres, Hong Kong, Moscú, Nueva York y Ginebra.