La polémica racial vuelve al cine por el ‘blanqueamiento’ de la industria

El mundo del cine vuelve a avivar la polémica racial sobre quién debería interpretar a un protagonista árabe, asiático o indio. La industria sigue prefiriendo usar maquillaje y caracterización y contratar a una gran estrella de Hollywood, y por eso le llueven las críticas. La última película cuestionada ha sido la última entrega de Hellboy.

Ni ojos rasgados, ni origen asiático, aun así, el británico Ed Skrein fue elegido como Benjamin Daimio, un personaje de Hellboy. Pero la noticia duró lo que la polémica tardó en llegar, es decir nada, el mismo actor renunció al papel por respeto al cómic, a sus fans y a todas las razas, y así se ha convertido en un héroe de verdad, un héroe que lucha contra el ‘White Washing’, el blanqueamiento en el cine.

Un fenómeno que existe desde los tiempos de Cleopatra, cuando a la reina egipcia nos la presentaron con ojos violeta. Igual da que el personaje sea negro o chino, para Hollywood siempre será caucásico.

Crhistian Bale como Moisés, Scarlett Johansson como la heroína japonesa de ‘Ghost in the shell’, y más solitario que nunca se quedó el Llanero, sin un verdadero indio como amigo.

Rizaría el rizo si tuviera pelo Tilda Swinton en Dr Strange, mujer y occidental para un personaje masculino y tibetano: el anciano.

El blanco reina en el cine pero el mundo ha dicho basta, las razas reclaman su sitio.