Vuelven a casa por Navidad

En los aeropuertos o las estaciones de trenes hoy, muchas familias, han vivido la incertidumbre de una espera ya dificil de soportar. Una espera en las terminales que se ha hecho eterna. Sufren, cada día, el dolor de la ausencia de un familiar querido. Por eso podemos llorar con ellos. Llorar de felicidad por un

reencuentro deseado. Se oyen besos de abuela, se sienten abrazos calentitos y eternos.

Hay quien abre la maleta en el mismo aeropuerto porque los regalos no pueden esperar. Maletas cargadas de experiencias, de lecciones para arrancar una nueva vida, quizá más próspera.

Cuantos tendrán las navidades soñadas.