Adicta al desodorante, come 15 barras al mes

Nicole, vecina Nueva York, cuenta como guarda barras de desodorante y aerosoles por toda la casa y como recurre a ellas cuando le da el antojo. Su dependencia en la cosmética, según recoge el diario The Sun, le ha llevado a comerse cerca de 360 barras de desodorante en dos años.

Ahora, Nicole lo consume todos los días, después de las comidas y si se despierta en mitad de la noche. De tanto comer desodorante, la boca se le queda seca y a Nicole le duele el estómago, cuando esto ocurre, opta por rociarlo sobre su lengua.

Nicole confiesa que no tiene ningún control sobre su adicción. "Mi cerebro me dice que tengo que comer", añade la joven, pero intentó dejarlo durante una semana y se puso muy enferma con fuertes dolores de cabeza.

En su aparición en el show estadounidense 'My Strange Addiction', Nicole contó como cuando se da cuenta que no tiene desodorante cerca le entra un ataque de pánico y ansiedad.

Ahora, Nicole es consciente de que tiene que abandonar el hábito porque el ingrediente principal del desodorante es el aluminio, que puede causarle demencia, convulsiones y hasta la muerte. Convencida por su novio y un amigo, Nicole acude a terapia con la esperanza de irse alejando de esta sustancia que le arruina la vida.