Chip sube las dos patas delanteras al sofá y se dispone a llamar la atención de su dueño, Abby Russell. Y lo hace con un llanto que recuerda al sonido del motor de los coches de carreras en la pista, según publica dailymail.co.uk. Abby mira a su bulldog francés, sin acariciarle y este intensifica sus ladridos hasta que, finalmente, le hace caso.