Airbnb cifra en 323 millones el impacto económico en Madrid de su comunidad

Airbnb asegura que el impacto económico bruto --directo, indirecto e inducido-- de sus huéspedes en Madrid en 2014 ascendió a 323 millones de euros, creando 5.130 puestos de trabajo y empleando estos ingresos el anfitrión en el 50% de casos a mantener su vivienda, según el I Estudio del Impacto Económico de la plataforma 'online' en Madrid, presentado este martes.

En concreto, de esos 323 millones, 116 millones de euros son gasto directo, 70 millones son indirectos --proveedores y canales de distribución, entre otros-- y 140 millones son inducidos --el empleo que genera y el gasto de estos trabajadores, por ejemplo--.

El gasto medio de los viajeros que visitan la capital española es de 834 euros, al ser la estancia media de 4,6 días y con un gasto de 180 euros por jornada. Además, el 55% de los turistas era su primera vez en la urbe y en el 25% de casos no habría ido de no existir el servicio.

"El visitante busca una experiencia real en el 95% de casos, gastando el 50% de presupuesto en el barrio", ha valorado esta mañana el director general de España y Portugal del grupo, Arnaldo Muñoz, quien destacó que el 71% de usuarios viajan solos o en pareja y que en el 19% de casos se trata de visitantes norteamericanos.

El anfitrión español recibe de media unos 320 euros, tiene 48 años de edad y en el 37% de los casos tiene un empleo del sector público o de las industrias creativas, con un ingreso por debajo de la media anual. El 75% de la muestra de los madrileños ofrece además su casa habitual

"Se trata de una relación entre particulares, de una actividad que se desarrolla más de la mitad de veces en Europa", recalcó Muñoz. Una tendencia que defiende como "real, tangible y normalizada".

Airbnb cuenta con ofertas en más de 190 países, el último en incorporarse Cuba, que en dos meses suma ya 2.000 viviendas anunciadas. El próximo 15 de agosto, la plataforma contará con un millón de huéspedes en una noche en todo el mundo.

¿CÓMO FUNCIONA?

"La empresa cobra de comisión entre un 10% y un 12% al huésped y cerca del 3% al anfitrión", detalló el presidente del grupo en España y Portugal. En el 70% de los ofertantes madrileños sólo ofrecen una vivienda.

Los usuarios deben crear un perfil verificado, sin admisión de pseudónimos, de modo que el huésped puede acceder a la oferta, consultar la reputación 'online' del anfitrión y ponerse en contacto con la persona para detallar y cerrar la reserva de mutuo acuerdo. A las 24 horas de la llegada es cuando se realiza el cobro.

Muñoz quiso destacar este martes que "se trata de una oferta que absorbe una demanda que los hoteles no pueden asumir en eventos puntuales" como son la Mobile Phone de Barcelona.

ABIERTOS A "COLABORAR CON LA ADMINISTRACIÓN".

El alto cargo de Airbnb ha recalcado que ofrecen una experiencia real con un residente local e implicado con la comunidad. Se trata por tanto de poner en contacto a particulares, según Muñoz.

Por su parte, el encargado de Asuntos Públicos del grupo, Ángel Mesado, admite que son "una plataforma abierta en la que hay de todo: casas enteras en alquiler, habitaciones, apartamentos turísticos" pero que la empresa fomenta "un tipo determinado" y no tanto los fines profesionales.

Ambos portavoces defienden que "hay que romper el mito de que Airbnb no paga impuestos porque lo hace". "Airbnb Marketing paga lo que le corresponde en España y se paga el IVA y cada transacción, que se realiza por pasarelas de pago", explicó Mesado.

En destinos como Ámsterdam, el grupo ha incluido la opción del pago de la tasa turística y en naciones vecinas como Francia, recuerda Mesado, se ha aceptado que se trata de una nueva modalidad de alojamiento.

"Las administraciones empiezan a entender que son características distintas que requieren otra legislación", ha comentado Muñoz, "hay que aclarar conceptos".

En julio del año pasado, la Comunidad de Madrid aprobó legalizar las viviendas de uso turístico, apoyando la decisión en la protección del usuario. La estancia mínima para la aplicación de esta nueva normativa se fijaba entonces en cinco días y este tipo de alojamiento debían constar en el Registro de Empresas Turísticas. Se estimó que en la capital existían entre 6.000 y 8.000 viviendas con fin turístico.