Bankia y Banco de Valencia se disparan un 15% y un 23% a falta de conocer la regulación del 'banco malo'

Los titulos de Bankia se mantuvieron en terreno positivo durante toda la jornada y cerraron la sesión a 1,359 euros, lo que mitiga al 63,7% la pérdida acumulada desde que se estrenaron en el parqué hace más de un año a 3,75 euros.

Tanto las acciones de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri como las de Banco de Valencia, integrada en Bancaja, una de las entidades que dieron origen a Bankia, encabezaron las ganancias en el Ibex y en el mercado contínuo, respectivamente.

Bankia está pendiente de recibir 19.000 millones de euros de ayuda pública procedentes del rescate bancario acordado con Bruselas por importe de 100.000 millones de euros, para lo que el Gobierno español deberá acordar con la Comisión Europea el funcionamiento del 'banco malo'.

Bankia ya ha recibido capital público por 4.465 millones, lo que elevará el respaldo estatal a 23.500 millones de euros. La nacionalizada tiene de plazo legal hasta el próximo viernes 31 de agosto para publicar sus resultados trimestrales, después de que las cuentas reformuladas para el conjunto de 2011 arrojaran pérdidas de 3.000 millones de euros.

"Bankia es el valor más volátil del sector más volátil", indicó a Europa Press la experta de Renta 4 Nuria Álvarez, tras incidir en que sus acciones son presa de una volatilidad extrema desde hace semanas a la espera de que se aclare la incertidumbre que se cierne sobre el conjunto del sector financiero español.

"Todos estamos a la espera de que se concrete el 'banco malo'", de los activos que se le transferirán y de la valoración de éstos, incidió la analista, para quien la cotización de Bankia no responde a razonamientos del fundamental.

Según publica este miércoles el diario 'El País', que recoge el decreto sobre reforma financiera que ha enviado el Gobierno a Bruselas, el 'banco malo' será una sociedad anónima con poderes excepcionales, "con manos libres para comprar y vender todo tipo de activos, así como para realizar emisiones de deuda".

El objetivo es liberar a los bancos del lastre inmobiliario para que se centren en el negocio financiero y contribuir a la reactivación del mercado inmobiliario con la progresiva salida al mercado de los activos del 'ladrillo' en un plazo dilatado de diez años, lo que podría traducirse en una bajada de precios de los pisos.

No obstante, los expertos consultados por Europa Press inciden en que la consecución de los objetivos marcados por el Gobierno dependerá fundamentalmente de la valoración de los activos que se transferirán al 'banco malo'.