El 72 por ciento del crédito se ha destinado a necesidades operativas de las empresas; un 12 a la financiación de proyectos de inversión en tecnología, bienes de equipo e instalaciones; y el 16 restante a las líneas de crédito para el comercio exterior.
El 90 por ciento de las operaciones de financiación se ha dirigido a pequeñas y medianas empresas (pymes), mientras que el 10 restante se ha destinado a grandes empresas, aquellas que facturan más de 100 millones cada año.