Ferrovial tiene en la austeridad y la ampliación de Heathrow los principales retos tras el 'Brexit'

Reino Unido es el primer mercado del grupo que preside Rafael del Pino, por delante de España, dado que genera el 36% de los ingresos totales de la compañía.

La filial de servicios británica Amey, los contratos de construcción que Ferrovial tiene en el mercado británico y su participación del 25% como primer accionista del aeropuerto de Heathrow constituyen sus tres principales fuentes de ingresos en el país.

No obstante, los analistas de Citi estiman que el 'Brexit' puede impactar en la generación de ingresos de Amey, dadas las mayores medidas de austeridad en los presupuestos de las distintas administraciones británicas que pueden derivar de los resultados del referéndum.

"La eventual necesidad de aprobar un presupuesto de emergencia tras el 'Leave', puede llevar al país a tomar mayores medidas de austeridad que pueden reducir las oportunidades de contratación de Amey", indica un informe de Citi.

En paralelo, los analistas de la firma estiman que el 'Brexit' renueva la incertidumbre sobre la aprobación de la ampliación del principal aeropuerto de Londres.

"La decisión sobre la construcción de la tercera pista de Heathrow podría ser aplazada tras el resultado del referéndum, dado el próximo cambio del Gobierno y el rechazo que ha manifestado a este proyecto Boris Johnson, el potencial candidato para relevar a David Cameron", señala el análisis de Citi.

EL TRÁFICO AGUANTA HASTA UNA RECESIÓN.

No obstante, la firma descarta impactos en el volumen de tráfico de pasajeros del aeródromo, que considera se mantendrá inclso aunque Reino Unido entrara en recesión.

Tras conocer el pasado viernes el resultado del referéndum, Ferrovial manifestó su disposición a seguir operando y trabajando con normalidad en Reino Unido. "Continuamos operando con normalidad y prestando servicios a nuestros clientes en el país", indicaron en fuentes del grupo.

Ferrovial asegura además contar con las correspondientes coberturas frente al cambio de la libra y el euro, al igual que con otras divisas, para "minimizar" el impacto de las fluctuaciones en su cuenta de resultados.