Gamesa reduce de 394 a 342 los trabajadores afectados por el ERE

La compañía también ha pactado una indemnización de 33 días por año trabajado y ha ofertado a los trabajadores afectados traslados a otros centros productivos de España, hasta el punto de consensuar la posibilidad de 102 recolocaciones, de modo que el número final de despidos puede quedar reducido.

Gamesa ha notificado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este acuerdo, que se produce tras la finalización del periodo de consulta y que se refiere al ERE para las plantas de producción de palas de Albacete, Somozas (A Coruña) y Tudela (Navarra).

En una nota de prensa, la empresa "reconoce el esfuerzo y agradece el sentido de responsabilidad de las partes implicadas en un proceso difícil pero imprescindible para garantizar la competitividad de la compañía".

El acuerdo con los sindicatos fue ratificado ayer en asambleas por amplia mayoría por parte de los trabajadores de los tres centros afectados.

El expediente, necesario por causas productivas, organizativas y técnicas, supone el cierre de la planta de Albacete (220 empleados), Tudela (58 empleados) y de una línea de producción en As Somozas (64 empleados).

De las 102 recolocaciones consensuadas, 85 corresponden a Navarra (80 en Aoiz, 1 en Arazuri y 4 Pamplona), 7 a Tauste (Zaragoza), 5 a Medina del Campo (Valladolid), 3 a Madrid, 1 a Málaga y 1 a Burgos, con ayudas por traslado.

Para este proceso, se han presentado un total de 67 voluntarios en Tudela y 73 en Albacete. El plazo para la presentación de voluntarios en As Somozas se cierra el lunes 1 de julio.

Las partes han acordado asimismo la constitución en el plazo de un mes de una comisión de seguimiento para la interpretación, seguimiento y control de la aplicación del contenido del acuerdo. La compañía espera que los traslados y recolocaciones se hayan completado en todas las plantas de destino en las próximas semanas.

Gamesa considera que el resultado del proceso permitirá a la compañía adaptar su producción a la compleja situación del mercado eólico, impactado por la persistencia de la crisis económica y sectorial, principalmente en el sur de Europa.

El mercado también se ve afectado por la sobrecapacidad industrial del sector, las restricciones de crédito y la incertidumbre regulatoria en varios mercados.