Inquilinos expulsados por la escalada del precio del alquiler

Los peores temores de Cristina se han cumplido y le toca hacer las maletas. Paga 760 euros por una pequeña buhardilla en el madrileño barrio de Malasaña pero su casero acaba de anunciarle que si se quiere quedar, debe pagar 1000 euros. Una subida del 31% que Cristina ni quiere ni pued asumir.

Desde 2014, los alquileres en Madrid se han disparado un 27%. En Barcelona, casi han doblado su precio en tan solo cuatro años. La presión sobre los inquilinos es tal que algunos hasta alquilan pisos por teléfono. Sin haberlos visto antes. El boom de los apartamentos turísticos, los bajos tipos de interés y la voracidad de los fondos de inversión están detrás de esta escalada de precios que angustia a miles de inquilinos.